L D (Europa Press) El Papa Benedicto abrió la ceremonia con una procesión en la plaza de San Pedro precedido de docenas de sacerdotes, obispos y cardenales que portaban palmas y ramas de olivo. La comitiva atravesó la plaza, bañada por el sol y se detuvo ante las escaleras de la basílica.
Benedicto prosiguió la tradición iniciada por su predecesor, dedicando la ceremonia a la juventud y ofició la misa ante los jóvenes que abarrotaban la plaza de San Pedro. A ellos les pidió que siguieran a Dios con "manos inocentes y corazón puro".
"Las manos inocentes son aquellas que no se utilizan en actos de violencia, manos que no están mancilladas por la corrupción y el soborno", afirmó.
El Pontífice tiene una ajetreada agenda esta semana, ya que, además de las ceremonias tradicionales de la Semana Santa, presidirá una misa mañana lunes en honor de Juan Pablo II para recordarle en el segundo aniversario de su muerte.
No está previsto, sin embargo, que asista a la ceremonia que se celebrará antes, en la mañana del lunes, para cerrar la investigación de la Iglesia sobre la vida y virtudes de su antecesor, una gestión clave para decidir si Juan Pablo II será beatificado, paso previo a su canonización.