L D (EFE) El ex sacerdote John Geoghan, que cumplía una pena de 10 años de cárcel por abuso sexual y figura central del escándalo sobre abusos sexuales en la Iglesia Católica de EEUU, fue asesinado este sábado por otro recluso. Kelly Nantel, portavoz del Departamento Correccional de Boston (Massachusetts), ha informado de que Geoghan murió en el hospital Leominster, poco después de que un recluso le atacara este sábado al mediodía por causas que están siendo investigadas.
Mitchell Garabedian, el abogado de muchas de las víctimas del cura, dijo que su muerte le había causado sorpresa y un gran impacto. Garabedian añadió que muchas de las personas que afectadas por los actos de Geoghan querían que cumpliera su pena completa y que afrontara otros juicios por su conducta, pero no le deseaban la muerte.
Los problemas de Geoghan empezaron a principios de 2002, cuando más de 130 personas presentaron una demanda civil colectiva en su contra tras afirmar que cuando eran niños habían sufrido abusos sexuales por parte de este cura en el área de Boston. En enero de 2002, el cura fue condenado y sentenciado por conducta indecente y asalto. En septiembre de ese mismo año, la archidiócesis de Boston alcanzó un acuerdo con 86 víctimas de Geoghan por un total de 10 millones de dólares, de los 30 millones de dólares de indemnización que habían exigido los demandantes.
El escándalo sexual en la Iglesia Católica de EEUU se desató con mayor amplitud en Boston con las revelaciones de que la Archidiócesis mantuvo a Geoghan en varias parroquias a pesar de las advertencias sobre su conducta sexual. El escándalo cobró grandes proporciones después de que un juez del distrito ordenara hacer públicos los historiales de la archidiócesis en los que se involucraba a numerosos curas en supuestos actos sexuales indecentes, y que además mostraban que en repetidos casos fueron trasladados de parroquia cuando surgieron las alegaciones.
Mitchell Garabedian, el abogado de muchas de las víctimas del cura, dijo que su muerte le había causado sorpresa y un gran impacto. Garabedian añadió que muchas de las personas que afectadas por los actos de Geoghan querían que cumpliera su pena completa y que afrontara otros juicios por su conducta, pero no le deseaban la muerte.
Los problemas de Geoghan empezaron a principios de 2002, cuando más de 130 personas presentaron una demanda civil colectiva en su contra tras afirmar que cuando eran niños habían sufrido abusos sexuales por parte de este cura en el área de Boston. En enero de 2002, el cura fue condenado y sentenciado por conducta indecente y asalto. En septiembre de ese mismo año, la archidiócesis de Boston alcanzó un acuerdo con 86 víctimas de Geoghan por un total de 10 millones de dólares, de los 30 millones de dólares de indemnización que habían exigido los demandantes.
El escándalo sexual en la Iglesia Católica de EEUU se desató con mayor amplitud en Boston con las revelaciones de que la Archidiócesis mantuvo a Geoghan en varias parroquias a pesar de las advertencias sobre su conducta sexual. El escándalo cobró grandes proporciones después de que un juez del distrito ordenara hacer públicos los historiales de la archidiócesis en los que se involucraba a numerosos curas en supuestos actos sexuales indecentes, y que además mostraban que en repetidos casos fueron trasladados de parroquia cuando surgieron las alegaciones.