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Arranca la 38 edición del Festival de Jazz de San Sebastián

La fusión del jazz clásico con los nuevos ritmos africanos, electrónicos y de pop español fueron los protagonistas del inicio de la 38 edición del Festival de Jazz de San Sebastián. Durante unas seis horas desde las ocho de la tarde del jueves que comenzó, el entorno de la playa de la Zurriola y el centro Kursaal de la capital donostiarra acogieron a los miles de personas que estuvieron presentes.

L D (EFE) Esta Jazz Band Ball gratuita, celebrada en tres escenarios al aire libre en la playa de La Zurriola y en las inmediaciones del centro Kursaal, comenzó a las 20,00 horas del jueves con la explosiva actuación del conjunto "NoJazz" y su particular "cóctel" de hip hop, música latina y africana, que sirvió para caldear una velada cargada de nuevas propuestas. Media hora más tarde, se subió a otro de los escenarios del Kursaal el "Bruce Barth Trío", acompañado por el saxo tenor valenciano Perico Sambeat, cuya sesión fue seguida por cientos de melómanos ansiosos por reencontrarse con propuestas menos transgresoras en esta primera jornada del "Jazzaldia".

Cuando aún no había terminando su recital, llegó a escena el esperado proyecto de "La Fábrica de Tonadas", en el que participan músicos de la talla del vocalista Santiago Auserón, el pianista Chano Domínguez o el saxofonista Jorge Pardo, que tocaron en clave de jazz conocidos temas del pop español. Auserón, líder del desaparecido grupo "Radio Futura" y convertido ahora en "Juan Perro", interpretó arriesgadas versiones de algunos de sus títulos más conocidos, como "La negra flor" o "Anabel Lee", que encandilaron a un público rendido ante una magistral fusión elaborada por curtidos músicos, entre los que también figuraban el bajista Javier Colina, el guitarrista Jordi Bonell y el batería Marc Miralta.

Por si no fuera bastante con dos conciertos simultáneos, el derroche sonoro continuó con otra de las grandes sorpresas de la noche: la virtuosa voz de la joven cantante africana Malia Chamley. Más tarde hicieron aparición en el escenario el saxofonista Bennie Wallace y Angélique Kidjo. La clausura de esta mágica noche de jazz corrió a cargo de DJ Spooky, uno de los miembros más activos de la vanguardia neoyorquina, que sorprendió con sus rabiosos sonidos electrónicos.

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