LD (Pedro de Tena) El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, destacó este martes la "mesura y serenidad" que, pese al dolor, está mostrando la familia de la joven sevillana Marta del Castillo, desaparecida desde el 24 de enero, y ha advertido de que llegará el momento de exigir algunas "responsabilidades" al Gobierno.
En su intervención durante la reunión del grupo parlamentario del PP andaluz, Arenas afirmó que en este asunto ha habido cosas que se han hecho bien, otras no tan bien pese a la "buena intención", pero otras "nada bien" y que merecen "cuanto menos" explicaciones por parte del Gobierno.
"Cuestiones que merecerán explicaciones del Gobierno y petición, por parte de la oposición, de responsabilidades", ha indicado el dirigente del PP andaluz, quien ha aprovechado para expresar el "sentimiento, la solidaridad y la cercanía" del PP con la familia de la joven sevillana, cuyo cadáver sigue sin encontrarse. Ha destacado la necesidad de estar "muy cerca" de los familiares de la joven porque están pasando momentos "terribles" y ha abogado por que este asunto no termine pasando "al terreno del olvido".
Ahora se ha sabido y lo cuenta ABC que "una avería en el equipo de ADN impidió detener a Miguel Carcaño, el ex novio, recién desaparecida Marta. La Policía pudo haber detenido a Miguel Carcaño al menos dos semanas antes del día en que lo hizo, pero no le fue posible actuar contra él debido a una avería en los equipos de extracción de ADN de la Brigada de Policía Científica, lo que obligó a mandar los análisis a la Brigada homónima de Madrid. Miguel era tan sospechoso desde el primer momento que la Policía ya le había requisado las ropas que llevaba puestas el día que desapareció Marta, en las que se encontró la sangre de la joven que acabó haciendo que su verdugo confesara que la había matado."
Sin embargo, pese a saberse desde el principio que en la cazadora de Miguel había sangre, una avería impidió obtener el ADN y confirmar que era de Marta en la primera semana de la investigación, un tiempo que en un caso como éste, en el que el deterioro del cadáver beneficia a los imputados, hubiera sido crucial, además de haberles podido facilitar la preparación de coartadas.
Horas más tarde, Miguel, a quien la Policía seguía los pasos desde el primer día y a quien ya se le había requisado la controvertida silla de ruedas, era detenido como autor de la desaparición de Marta y confesaba haberla matado a golpes al serle demostrado que en su cazadora había restos de la sangre de la joven. Concretamente, había manchas en la parte inferior interna de la cremallera —probablemente transferida al ir a cerrarla—.
También se dijo que había restos de sangre en el interior de uno de los bolsillos, donde el joven admitió que había guardado el ya famoso cenicero que nunca apareció y que, a tenor de su tercera declaración, no habría sido utilizado contra la joven, ya que ésta fue estrangulada; una versión cuya veracidad sólo podrá demostrar la autopsia al cadáver, una vez que sea hallado.
Precisamente este martes, día en que se cumplían dos meses del inicio de las detenciones y también vigésimo cumpleaños de Miguel Carcaño, el juez instructor de caso, Francisco de Asís Molina, ordenó la detención de María G.M., la novia de Francisco Javier, el hermano de Miguel. La joven, estudiante universitaria, ya había declarado el pasado 10 de marzo, día en que aseguró que estuvo estudiando en el piso de León XIII en las horas en que supuestamente fue hecho desaparecer el cadáver de Marta.
Una investigación posterior, abierta en diligencias separadas, ha demostrado que la joven no se encontraba en el lugar donde dijo estar, hecho que bastó al juez para ordenar su detención y que fuese puesta a su disposición, Las nuevas pruebas avalan, por otra parte, las aseveraciones de allegados a Marta que dijeron haber estado en el exterior de la casa, e incluso haber levantado las persianas, sin advertir que allí hubiera persona alguna.
María G.M. fue detenida cuando salía de su domicilio y llegó al Juzgado esposada, bajo la custodia de dos funcionarios de Policía. A las tres de la tarde fue presentada ante el juez, que le tomó declaración durante casi hora y media.
Tras esta diligencia, el magistrado la imputó como encubridora de la desaparición de Marta —de la que está imputado su novio en tanto no aparezca el cadáver de la joven—, si bien la dejó en libertad provisional sin fianza y con la obligación de comparecer cada quince días en el Juzgado. María fue la tercera personal en declarar ayer, después de que inmediatamente antes lo hiciera el propio Francisco Javier, que ratificó sus declaraciones anteriores y aseguró que no estaba en el piso de León XIII, además de insistir en que no sabía nada de la desaparición de Marta
Antes de que lo hiciera Francisco Javier había comparecido ante el juez un empleado del bar que éste tiene en Nervión. La declaración de este testigo tenía la importancia de corroborar las horas en que Francisco Javier estuvo en el pub, donde el testigo dejó de verlo hacia las dos de la madrugada, lo que de nuevo abre un agujero en la coartada del hermano de Miguel, sobre quien su empleado insinuó que, antes de ser detenido, le había oído comentar que algo muy gordo acababa de ocurrirle.
La jornada judicial concluyó con un singular encuentro: el de María con Rosa, la ex mujer de Francisco Javier. Ambas tuvieron que verse frente a frente cuando fueron sometidas a un careo «sin importancia», según fuentes judiciales, ya que las dos aseguraban haber almorzado con Francisco Javier un día después de la desaparición de Marta. Al final resultó que sólo lo había hecho María, a quien Rosa aseguró que acababa de conocer este mismo martes en los Juzgados.