L D (EFE) El profesor de Lengua Española Manuel Leonetti fue el encargado de pronunciar la "laudatio", que tituló precisamente "La comprensión bondadosa" y en la que describió al nuevo doctor como "excepcional combinación de ingenio, elegancia, bondad, honestidad, tolerancia y curiosidad intelectual", y destacó la "gran coherencia interna" de su obra. Recordó que Antonio Mingote ya había sido galardonado en 1998 por esta misma universidad con el Premio Quevedos, y agradeció la distinción con un discurso ameno y humorístico.
A Mingote, militar en su juventud, novelista, autor de comedias y de guiones para cine y televisión, periodista, creador de murales y decorados de teatro, pintor y humorista gráfico, además de miembro de la Real Academia Española desde 1988, lo llamó Umbral "el Picasso de los periódicos" por sus trazos y por su forma de construir la figura humana, recordó Leonetti. En su "laudatio", recordó también "la actitud tolerante con que observa el comportamiento humano, su compasión hacia nuestros defectos y nuestra estupidez", lo que le permiten sacar a la luz "facetas ocultas de las situaciones más triviales", añadió Leonetti, para quien tal mirada "la comparte Mingote con Cervantes", cuyo Quijote ilustró precisamente este año del 400 aniversario de su publicación.
"Podemos decir que Mingote es cervantino justamente porque su perspectiva es la de la comprensión bondadosa, porque su ironía está construida con elegancia y delicadeza, y porque encontramos en él la actitud sonriente y generosa que percibimos en el autor del Quijote", señaló el interviniente.
"Podemos decir que Mingote es cervantino justamente porque su perspectiva es la de la comprensión bondadosa, porque su ironía está construida con elegancia y delicadeza, y porque encontramos en él la actitud sonriente y generosa que percibimos en el autor del Quijote", señaló el interviniente.
Mingote, que ha recibido premios como la Medalla del Círculo de Bellas Artes, la Cruz de la Orden de Isabel la Católica o la Medalla al Mérito en el Trabajo, y cuyo nombre lleva un premio desde 1967, contestó entonando a la perfección su discurso, con su talento y su gracia habituales, desde lo alto de la tribuna. Dijo llevar "semanas improvisando" estas palabras, trató de explicar el fundamento de su trabajo, "por ver -afirmó- si yo mismo me entero de por qué hago lo que hago", y dijo con el filósofo que "no es la cordura, sino la locura, la que proporciona los bienes mayores". "Pero -advirtió-, la locura pacífica, la locura fingida, la del bufón que se aprovecha de su título para decirle cuatro frescas al poderoso. La del humorista que le busca al gato de la actualidad los tres pies de la incongruencia, de la ridiculez, de la crueldad".
"Alcanzar la verdad y desnudarla"
Mingote definió el chiste gráfico de la prensa "como el rellano de la escalera que subimos resoplando" y en el que el lector se repone de la fatiga de la penosa y hasta dramática lectura de los periódicos, y señaló que el humorista lo que hace sobre todo es razonar, "sobre el tema que sea y despojado de tópicos, prejuicios y lugares comunes", para "alcanzar la verdad y desnudarla".
El nuevo doctor, que recordó cómo la aparición de "La Codorniz" en 1941 "cambió para bien, en la España recién salida de la guerra, la sensibilidad española y su percepción de la alegría inteligente", y dijo con Lázaro Carreter que "si somos más civilizados que nuestros abuelos lo debemos en gran parte a 'La Codorniz'", agradeció al diario ABC "la libertad" con que ha podido trabajar en sus páginas durante más de 50 años.
Por último, el rector, Virgilio Zapatero, cerró el acto dando la bienvenida al nuevo miembro del claustro y destacando el humor como "algo que hay que tomarse muy en serio", que es lo que pretende la Universidad de Alcalá promocionando su estudio a través de su Aula de Humor Gráfico, con la creación del Premio Quevedos y otorgando "por vez primera en este país el grado de doctor a uno de nuestros grandes humoristas".