Mientras que PSOE e IU han respaldado los 33 artículos de la normativa, el PP ha votado en contra de tres de ellos, ya que defiende que los profesionales puedan acogerse a la objeción de conciencia, el "respeto" a la libertad individual y pide una "clara" regulación de los comités de ética.
La denominada ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte regula la limitación del esfuerzo terapéutico, prohíbe el ensañamiento terapéutico y permite a los pacientes rechazar un tratamiento que prolongue su vida de manera artificial. También da cobertura a la sedación paliativa para aliviar el sufrimiento de los enfermos aunque ello pueda "acortar su vida".
La consejera de Salud, María Jesús Montero, ha calificado la ley de "vanguardista, valiente y sensible". "La ley traspasa nuestras fronteras y convierte a Andalucía en referente legislativo desde una posición respetuosa", ha señalado.
Queda fuera del paraguas legal la eutanasia activa y el suicidio asistido, ya que la comunidad no tiene competencia para legislar esta materia tipificada como delito en el Código Penal. Tampoco regula la objeción de conciencia de los médicos porque, según los juristas del Consejo Consultivo de Andalucía, debe ser una ley estatal la que lo haga.
La ley, respaldada por el PSOE e IU, tiene como objetivo principal que prevalezcan los derechos del paciente a no recibir determinados tratamientos, así como al obligado cumplimiento de las garantías de estos enfermos por parte de cualquier institución sanitaria, ya sea pública o privada, incluso de raíz religiosa.
El texto también plasma que los profesionales sanitarios que atiendan al paciente en su fase terminal deberán respetar las decisiones que éste tome sin imponerle sus propias opiniones personales, morales, religiosas o fisiológicas.
Tal y como ha defendido la titular de Salud, la norma recoge el derecho de los pacientes que tengan que ser hospitalizados a una habitación individual durante su estancia, tanto en el ámbito público como en el privado, y a estar acompañados de sus familiares durante el proceso de la muerte.
Ana María Corredera (PP-A) ha expresado su "decepción" por "falta de diálogo y postura inflexible" de la Junta en el trámite parlamentario, y ha argumentado que hay "suficientes" instrumentos para ayudar a morir dignamente. Andalucía, según ha dicho Corredera, no cuenta con recursos "necesarios" para garantizar la atención a estos pacientes, teniendo en cuenta "carencias" de la red sanitaria como las pocas habitaciones individuales.
José Manuel Mariscal (IU) ha calificado de "histórico" el momento por la capacidad legislativa de la comunidad y el desarrollo de uno de los artículos del Estatuto, el que regula los derechos de la ciudadanía. Además, ha hecho un llamamiento al Gobierno central para que sea "valiente" y legisle y regule la eutanasia para poner a este país en la "senda de la modernidad" sin que grupos conservadores "le marquen la agenda". A la ley se incorporaron nueve enmiendas de IU y dos del PP.
Arenas, dispuesto a apoyarla "si incluye la objeción de conciencia y regulación ética"
El presidente del PP-A, Javier Arenas, anunció este miércoles su partido está dispuesto a apoyar la futura Ley si el PSOE acepta sus enmiendas relativas a objeción de conciencia y regulación de la composición de los comités de ética.
Durante su intervención ante los medios de comunicación con motivo de una reunión del grupo parlamentario popular, Javier Arenas confió en que el PSOE-A no aplique el "rodillo" y tenga en cuenta la posición "constructiva" del PP en este asunto, que además obedece a la "racionalidad y al sentido común".
Para Arenas, no se puede invitar a la oposición a que haga propuestas y que luego sean "laminadas" por la mayoría del PSOE. En su opinión, existe un aspecto positivo en la futura ley, como es que se pronuncia en contra de cualquier tipo de eutanasia.
El dirigente del PP-A insistió en que en función de como se desarrolle el debate final de dicha norma esta tarde en el Pleno del Parlamento, su partido definirá su posición.