L D (Pedro de Tena) Tras 25 años de gobiernos socialistas, el problema del agua andaluza no ha sido resuelto. El campo y las poblaciones se resienten de su falta y de su inadecuación a las condiciones básicas del desarrollo económico y social. El campo andaluz no tiene agua. Según El País, la cuenca del Guadalquivir, que concentra 765.000 de las 900.000 hectáreas de regadío de la comunidad, sólo dispone de una dotación de agua para el riego de 300 hectómetros cúbicos, lo que supone una cuarta parte de un año normal y menos de la mitad de la cantidad asignada la anterior campaña.
Respecto a la población, en estos momentos un tercio de los andaluces corre peligro de tener agua en mal estado y ya ha sufrido problemas de suministros por la contaminación por pesticidas. Se estima un déficit de 1.500 millones para dar cumplimento al Real Decreto de Aguas Potables. Pese a ello la Junta sólo destina en torno a 120 millones de euros anuales, lo que supone retrasar la solución una década, según afirman los datos que maneja el Partido Popular.
Desde el punto de vista agrícola, todos los cultivos están amenazados este año, aunque las mayores urgencias las tienen los llamados cultivos de invierno (muy especialmente el tomate), aunque otros, como el algodón, el espárrago o el olivar empezarán a tener problemas muy pronto. Las organizaciones agrarias han pedido una reasignación de recursos entre los distintos sistemas de regulación y que se dé prioridad a los cultivos sociales. La comisión de desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), celebrada el pasado miércoles, ha venido a confirmar los malos presagios que ya se temían los agricultores andaluces.
Pero, ¿qué ha pasado con el agua en Andalucía desde que Zapatero se cargó el Plan Hidrológico Nacional, un plan a cuya inauguración se apuntó Chaves, el mismo Chaves que luego lo despreció siendo cómplice de su derogación? Recuerden aquellos tiempos de "manitas" y arrumacos en el supuesto y estrafalario eje catalano-andaluz del que nunca más se supo tras haber ayudado a Maragall a sacar su Estatuto y haber logrado además, don Pascual, el más abyecto silencio de Chaves sobre la insolidaridad de las regiones del Norte con el Sur andaluz.
El Gobierno del Partido Popular aprobó un Plan Hidrológico Nacional con una inversión para Andalucía de 4.101 millones de euros, 2.280 de ellos destinados a abastecimiento y calidad del agua. El PHN se ha ejecutado en un 21,01%. Sobre estas inversiones el 70% fueron realizadas con la gestión del gobierno del Partido Popular. La derogación del Trasvase del Ebro por el Gobierno de Zapatero ha supuesto que Almería siga sin recibir los 95 Hm3 que necesita.
Mientras tanto el Ebro vierte al mar una media de 7.000 Hm3/año y Zapatero no ha podido poner en funcionamiento ninguna de las infraestructuras alternativas prometidas que supondrían más agua para Almería.
En estos momentos de sequía, si Andalucía puede disfrutar de 400 Hm3/año más que en la última sequía (91-94), es precisamente por el esfuerzo realizado por el Gobierno Popular que construyó dos desaladoras, –una en Málaga y otra en Carboneras–, el pantano de Guadalcacín II, el trasvase Guadiaro-Majaceite, entre otras actuaciones. El embalse, la gran presa del Andévalo, la tercera mayor de Andalucía con una capacidad total de 600 hectómetros cúbicos –sólo superada por el embalse Iznájar en Córdoba (981 hm3) y Guadalcacín en Cádiz (800 hm3)– que supone un incremento de un 43 por ciento de los recursos hídricos de la provincia de Huelva, no está operativa para los regantes cuatro años después de haber sido inaugurada por el gobierno de José María Aznar.
Depuración de aguas
La inversión necesaria en Andalucía para cubrir las expectativas de la Directiva 91/271, de saneamiento y depuración, en el horizonte enero 2006 era 1.770 millones de euros. Sin embargo, la presupuestos anuales de los últimos años han destinado sólo unos 60 millones de euros.
En estos momentos todavía faltan por construir 174 depuradoras de las 445 que debían haber estado construidas en el 2006. Para el total cumplimiento de la Directiva 27 de abril 2000 sobre adecuación y tratamiento de lodos provenientes de EDAR, se estima un déficit inversor de 355 millones de euros adicionales para le cumplimiento de la directiva.
Pese a las necesidades de agua en Andalucía, la Agencia Andaluza de Agua no ejecuta todas sus inversiones, ejecutando sólo el 19’18% en 2005 y el 59% en el 2006; y destina 60 millones de euros a gastos corrientes.
Que a poco más de un mes de terminar la legislatura, Chaves se haya callado de nuevo ante el transporte del agua de la desaladora de Carboneras a Cataluña vía puerto de Almería, puerto que se amplía para soportar este transporte de agua, mientras no se invierte lo necesario en las tuberías necesarias para que 25 pueblos de Almería tengan agua de la misma desaladora, es demasiado. Que se esté silenciando en la precampaña la difícil situación que atraviesa Andalucía como consecuencia de decisiones gravísimas agotadas por el gobierno Chaves parece mentira. El agua de los idiotas, decía el director de ABC de Sevilla en un artículo tras glosar la situación. Pues sí, seguramente es cierto, a juzgar por la marcha de las encuestas electorales, que le dan una holgada mayoría a Manuel