(Libertad Digital) Antes de las once de la mañana, hora a la que estaban convocados colegas, amigos y alumnos de varias generaciones de Amando de Miguel, muchos de ellos le estaban acompañando en el Aula Magna de la Facultad de Sociología de la Universidad Complutense, en la que el catedrático ha estado dando clases durante los últimos años de su larga carrera. Se sumaron al acto, que tenía tanto de académico como de homenaje, varios colegas suyos, como Juan Díez Nicolás, Víctor Pérez Díaz o Salustiano del Campo. También otros profesores como Francisco Cabrillo, Pedro Schwartz, Carlos Rodríguez Braun, los tres colaboradores de Libertad Digital.
También han acudido al acto Gabriel Albiac, Ignacio Sánchez Cámara, Miguel Ángel Belloso, José Raga o muchos otros, que no querían dejar de acompañar a Amando de Miguel en su último acto en la Universidad Complutense. De Miguel ha recalcado que los discursos de graduación en Estados Unidos se llaman "commencement", y que su jubilación también tiene algo de comienzo, ya que el curso que viene se incorpora a la Universidad de Texas, en la que seguirá impartiendo clases.
El sociólogo continuó diciendo que "he estado cincuenta años dando clases" y ahora "estoy en la última vuelta del camino", haciendo mención a las memorias de Pío Baroja, "después de las cuales escribió media docena de novelas y vivió veinte años más". En sus últimas palabras ante el público dijo que "aunque estoy emocionado y a punto de llorar, no voy a perder la compostura", un rasgo que poco antes había destacado del carácter de los españoles.
Censura, como en la época de Franco
Amando de Miguel se ha dolido, en unas palabras concedidas a Libertad Digital, de que "me he encontrado con tanta censura en la democracia como en la época de Franco", con la gravedad añadida de que "entonces esa censura era oficial, y ahora no". Su "honradez y decencia intelectual", destacada por Luis González Seara, y su independencia de criterio le han hecho chocar con la corrección política en muchas ocasiones. Pero ha advertido que "nadie podrá silenciar la voz discrepante y a la vez docta de Amando de Miguel".
Ese carácter es el que se encuentra detrás de la decisión de la Junta de Facultad de enviar un informe contrario a que De Miguel obtenga el título de profesor emérito. El informe es preceptivo pero no vinculante, por lo que la decisión recae en el rector, Carlos Berzosa, que acaba de ser reelegido, y quien ha aprobado su nombramiento. Al respecto, Francisco Cabrillo ha recordado "las palabras atribuidas a Dámaso Alonso, quien dijo que sólo un catedrático de universidad puede llegar a conocer lo más profundo de la maldad humana".
Ignacio Sánchez Cámara ha destacado a Libertad Digital que "la jubilación de un profesor de universidad es más un acto burocrático o aparente que real", si bien "deploro la decisión de la Junta de Facultad" de no recomendar su nombramiento como profesor emérito. Gabriel Albiac ha lamentado el estado de la Facultad. "No tienes más que mirar a tu alrededor". Los alumnos no sólo pierden con la marcha de profesores como De Miguel, "vienen perdiendo desde la guardería, pasando por la EGB y la ESO, hasta el vertedero final", que es la universidad. Entre los numerosos asistentes al acto se encontraban pocos estudiantes de la facultad de Sociología.
El habla de los españoles
En su clase magistral, Amando de Miguel ha tratado "el habla de los españoles". "No el lenguaje, sino el habla", recogiendo la distinción de Ferdinand de Saussure. De Miguel ha distinguido entre "las lenguas de relación y las lenguas étnicas" para explicar el éxito del español. Una "lengua de relación", como la española, tiene siete características. "Se aprende mayoritariamente" fuera de sus fronteras naturales, "deja traducir fácilmente su gentilicio", lo que "no ocurre con el euskera, por ejemplo". Tampoco "necesita que se defina como lengua propia o lengua oficial", como ha ocurrido con el castellano hasta la II República.
Se emplea "más allá del ámbito doméstico o tradicional, destila obras que se traducen a otros idiomas, no sirve para identificar políticamente a una parte" de la población, como "sí ocurre con el catalán, por ejemplo". Y se impone "por la utilidad de quienes la utilizan". Es así como se impuso el castellano, porque era la más utilizada por los comerciantes, "y por eso admitía términos del árabe".
La inmersión lingüística en catalán "es un fracaso porque no distingue entre lenguaje y habla". El habla se desarrolla en la sociedad, y esa es la razón por la que "en la actualidad el español se habla por más españoles que nunca". No ya en número, "sino en porcentaje de la población".