L D (EFE) El actual presidente de la COPE expresó también su preocupación "porque los demonios familiares de la historia española, afortunadamente superados durante la transición política", vuelven hoy a suscitarse y generan desunión. Alfonso Coronel de Palma, inspirador de los Congresos de Católicos y Vida, pronunció la ponencia de clausura dedicada a analizar la "Política como servicio" y, citando a su cuñado Ignacio Camuñas, diputado de UCD durante la etapa constitucional, dijo que hay que reivindicar "la dignificación y el espíritu de servicio" de los políticos.
La política, agregó, "está en crisis en muchos aspectos: en el mundo globalizado se nos olvida que una gran parte de ciudadanos están sometidos a muchas formas de tiranía, e incluso las democracias modernas tiene muchas fallas, como la incipiente corrupción del Estado moderno, y el afán que tiene controlarlo todo, como poseedor de todas las verdades, agostando poco a poco nuestra libertad y alejando a la sociedad civil del poder".
Esto se refleja, dijo Coronel de Palma, en la cada vez más creciente falta de participación en las votaciones tras los procesos electorales, porque los ciudadanos viven cada vez más de espaldas a la política, en la que su excesiva profesionalización "ha llevado consigo la expulsión de los políticos mejores, no en el sentido sólo de brillantes sino de los más virtuosos".
Para el ex presidente de la ACdP, "no se puede construir una sociedad quedándose en casa, sino que hay que meterse en los múltiples campos que ofrece la sociedad civil en la democracia y como un poder coadyuvante de los existentes... todos ellos constituidos como servicio y no como poder, no para servirse de los otros sino como servicio a los otros".
Tras afirmar que "la libertad esta en peligro por la crisis de la verdad", Coronel de Palma invitó a participar en la política "con hechos y no con palabras", con una "profunda caridad y sin odios ni rencores incluso con quienes no quieren que estemos a su lado", y desde el principio de la subsidiariedad y la solidaridad.
Citando a Juan Pablo II, recordó a Tomás Moro como ejemplo para todos en la política, y reclamó "la valentía de la insumisión -no digo objeción de conciencia-, sino la insumisión ante las leyes injustas porque es necesario que en su aplicación algunos tengamos que sufrir para provocar una reacción en nuestra sociedad".
Si a causa de la ley del aborto muchos médicos se hubiesen opuesto y hubiesen terminado en la cárcel como consecuencia, apuntó como ejemplo, "hoy tantos inocentes no seguirían muriendo como simples cobayas".
El conferenciante finalizó afirmando que hoy "España me preocupa": nuestros padres, dijo, "hicieron un esfuerzo de generosidad absoluta para que esos demonios familiares de la historia española fuesen capaces de desaparecer y para que de una vez por todas nos pudiésemos dar una convivencia pacífica, con renuncias de unos y otros".
"Tengo dudas, agregó, de si mis cinco hijos podrán decir lo mismo de nosotros o de mi mismo, y establecer que fuimos lo verdaderamente generosos, justos y prudentes para hacer de España un país de convivencia en paz y generosidad".
Alfonso Coronel señaló que "muchos de nuestros demonios familiares hoy vuelven a suscitarse y provocan en nosotros la división y la desunión, pero no somos los provocados los que hemos dividido sino los provocadores".
Tras afirmar que la "realidad de nuestra historia es que la desunión siempre ha venido con sangre" y "que le preocupa el fantasma del republicanismo porque en España siempre ha sido motivo de desunión y de crisis históricas que no hace falta recordar aquí", reivindicó lo bueno de la política y la esperanza, "para que desde esta esperanza no tengamos miedo".
La política, agregó, "está en crisis en muchos aspectos: en el mundo globalizado se nos olvida que una gran parte de ciudadanos están sometidos a muchas formas de tiranía, e incluso las democracias modernas tiene muchas fallas, como la incipiente corrupción del Estado moderno, y el afán que tiene controlarlo todo, como poseedor de todas las verdades, agostando poco a poco nuestra libertad y alejando a la sociedad civil del poder".
Esto se refleja, dijo Coronel de Palma, en la cada vez más creciente falta de participación en las votaciones tras los procesos electorales, porque los ciudadanos viven cada vez más de espaldas a la política, en la que su excesiva profesionalización "ha llevado consigo la expulsión de los políticos mejores, no en el sentido sólo de brillantes sino de los más virtuosos".
Para el ex presidente de la ACdP, "no se puede construir una sociedad quedándose en casa, sino que hay que meterse en los múltiples campos que ofrece la sociedad civil en la democracia y como un poder coadyuvante de los existentes... todos ellos constituidos como servicio y no como poder, no para servirse de los otros sino como servicio a los otros".
Tras afirmar que "la libertad esta en peligro por la crisis de la verdad", Coronel de Palma invitó a participar en la política "con hechos y no con palabras", con una "profunda caridad y sin odios ni rencores incluso con quienes no quieren que estemos a su lado", y desde el principio de la subsidiariedad y la solidaridad.
Citando a Juan Pablo II, recordó a Tomás Moro como ejemplo para todos en la política, y reclamó "la valentía de la insumisión -no digo objeción de conciencia-, sino la insumisión ante las leyes injustas porque es necesario que en su aplicación algunos tengamos que sufrir para provocar una reacción en nuestra sociedad".
Si a causa de la ley del aborto muchos médicos se hubiesen opuesto y hubiesen terminado en la cárcel como consecuencia, apuntó como ejemplo, "hoy tantos inocentes no seguirían muriendo como simples cobayas".
El conferenciante finalizó afirmando que hoy "España me preocupa": nuestros padres, dijo, "hicieron un esfuerzo de generosidad absoluta para que esos demonios familiares de la historia española fuesen capaces de desaparecer y para que de una vez por todas nos pudiésemos dar una convivencia pacífica, con renuncias de unos y otros".
"Tengo dudas, agregó, de si mis cinco hijos podrán decir lo mismo de nosotros o de mi mismo, y establecer que fuimos lo verdaderamente generosos, justos y prudentes para hacer de España un país de convivencia en paz y generosidad".
Alfonso Coronel señaló que "muchos de nuestros demonios familiares hoy vuelven a suscitarse y provocan en nosotros la división y la desunión, pero no somos los provocados los que hemos dividido sino los provocadores".
Tras afirmar que la "realidad de nuestra historia es que la desunión siempre ha venido con sangre" y "que le preocupa el fantasma del republicanismo porque en España siempre ha sido motivo de desunión y de crisis históricas que no hace falta recordar aquí", reivindicó lo bueno de la política y la esperanza, "para que desde esta esperanza no tengamos miedo".