L D (EFE) En "No es lo mismo", que este martes ha salido a la venta, Alejandro Sanz critica a Fidel Castro, dice un no rotundo a cualquier guerra, se lamenta por el desastre ecológico del "Prestige", grita a favor de la libertad de expresión y critica a "un tipo de prensa que hace daño a toda la sociedad". "Nuestros abuelos nos dejaron un legado que hay que reivindicar", explicó un Alejandro Sanz más delgado –parece ser que ha adelgazado cerca de quince kilos–, con nueva imagen –apuesta por lo caqui y se aleja de Armanis o Mirós– y que con este título, "No es lo mismo", dice reivindicar "la individualidad en un momento en el que se reclama el pensamiento único. Las personas son distintas y eso es lo que vale". "Para mí –añadió– es prioritario dejar a mi hija un mundo no tan crispado como el que vivimos ahora".
Después de casi tres años de la publicación de su último álbum, titulado "El alma al aire", "No es lo mismo" es el sexto trabajo de estudio de Sanz y en el que por primera vez asume las tareas de producción, junto al arreglista y productor cubano Lulo Pérez. "Quería dar un cambió –reconoció– y no me importaba hacerlo solo, pero Lulo se empeñó en ayudarme". El disco fue grabado en los estudios Criteria de Miami, en donde se han gestado álbumes como "Hotel California" de los Eagles o "Saturday Night Fever" de Bee Gees, aunque "muchas de las cosas de él están grabadas en casa", porque al músico madrileño le preocupa "más el feeling que el sonido. Es más importante que una canción llegue, a que suene muy bien".
Con 18 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, Alejandro Sanz ha vuelto a contar con la colaboración de Paco de Lucía, ya lo hizo en su segundo disco, "Si tu me miras". Esta vez en el tema "Regálame la silla donde te esperé", una balada muy Sanz, en la que el músico dice haberse "encontrado muy cómodo" con el guitarrista. "En el plano personal –confesó– es en el que te das cuenta quién es un genio y quien no, y Paco lo es". A sus 34 años y padre de una niña, Manuela, que ha tenido con su mujer la modelo Jaydy Mitchell, quien debuta ahora como actriz en el filme "Isi Disi", de Andrés Vicente Gómez, Alejandro Sanz no abandona sus raíces flamencas, pero "el rap y el hip hop han entrado de forma natural en mi música y mi vida, porque forman parte del entorno en el que vivo en Miami. Aunque el flamenco y el rap siempre han tenido algo en común".
El creador de temas como "Corazón Partio" o "Amiga", nada más terminar "El alma al aire" dejó de pintar para ponerse a escribir y desempolvar grabaciones en casetes que va guardando en el cajón de su estudio, luego "sólo he ido construyendo música alrededor de lo que estaba cantado. Todo de forma natural y sin obsesiones". De ahí han salido temas como "Sandy a orilla do mundo", en la que se lamenta por el "Prestige" y cuyos derechos de autor irán a parar al Instituto Naval Gallego, porque "no soy amigo de los conciertos benéficos en los que siempre alguien gana algo".
O "Labana", en la que arremete contra "lo que ocurre en Cuba, en donde han destrozado una serie de ideales y sucede todo lo contrario a lo que tendría que suceder en cualquier revolución socialista. Ya no hay libertad de expresión. Pero también estoy en contra de los cubanos que apoyan el embargo a la isla". Prueba de esta fase reivindicativa que vive el cantante es el tatuaje que luce en su brazo izquierdo, el toro del "Guernica" de Picasso, que "recuerda los peores valores que tenemos". Decidió ponérselo porque le pareció "muy fuerte el día que taparon el cuadro en la sede de la ONU porque iba a hablar Bush. Fue curioso ver cómo una obra de arte era más fuerte que el presidente de Estados Unidos".
Alejandro Sanz, que recibió un muñeco de regalo para su hija Manuela y obligó a que fueran a buscar a la puerta a un niño con el pelo rojo al que no habían dejado entrar en la rueda de prensa, comenzará el próximo mes de febrero una gira de conciertos por América, para los meses de julio, agosto y septiembre recorrer España. "El vivo es fundamental para un disco que se ha grabado prácticamente en directo. El escenario es el fin último de un artista", señaló. El compositor madrileño volvió a decir, lo suele hacer muy a menudo, que "ni era tan malo antes, ni tan bueno ahora", pero está convencido de que "va a haber un antes y un después de este disco, porque he visto como la gente trabajaba en él".
Después de casi tres años de la publicación de su último álbum, titulado "El alma al aire", "No es lo mismo" es el sexto trabajo de estudio de Sanz y en el que por primera vez asume las tareas de producción, junto al arreglista y productor cubano Lulo Pérez. "Quería dar un cambió –reconoció– y no me importaba hacerlo solo, pero Lulo se empeñó en ayudarme". El disco fue grabado en los estudios Criteria de Miami, en donde se han gestado álbumes como "Hotel California" de los Eagles o "Saturday Night Fever" de Bee Gees, aunque "muchas de las cosas de él están grabadas en casa", porque al músico madrileño le preocupa "más el feeling que el sonido. Es más importante que una canción llegue, a que suene muy bien".
Con 18 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, Alejandro Sanz ha vuelto a contar con la colaboración de Paco de Lucía, ya lo hizo en su segundo disco, "Si tu me miras". Esta vez en el tema "Regálame la silla donde te esperé", una balada muy Sanz, en la que el músico dice haberse "encontrado muy cómodo" con el guitarrista. "En el plano personal –confesó– es en el que te das cuenta quién es un genio y quien no, y Paco lo es". A sus 34 años y padre de una niña, Manuela, que ha tenido con su mujer la modelo Jaydy Mitchell, quien debuta ahora como actriz en el filme "Isi Disi", de Andrés Vicente Gómez, Alejandro Sanz no abandona sus raíces flamencas, pero "el rap y el hip hop han entrado de forma natural en mi música y mi vida, porque forman parte del entorno en el que vivo en Miami. Aunque el flamenco y el rap siempre han tenido algo en común".
El creador de temas como "Corazón Partio" o "Amiga", nada más terminar "El alma al aire" dejó de pintar para ponerse a escribir y desempolvar grabaciones en casetes que va guardando en el cajón de su estudio, luego "sólo he ido construyendo música alrededor de lo que estaba cantado. Todo de forma natural y sin obsesiones". De ahí han salido temas como "Sandy a orilla do mundo", en la que se lamenta por el "Prestige" y cuyos derechos de autor irán a parar al Instituto Naval Gallego, porque "no soy amigo de los conciertos benéficos en los que siempre alguien gana algo".
O "Labana", en la que arremete contra "lo que ocurre en Cuba, en donde han destrozado una serie de ideales y sucede todo lo contrario a lo que tendría que suceder en cualquier revolución socialista. Ya no hay libertad de expresión. Pero también estoy en contra de los cubanos que apoyan el embargo a la isla". Prueba de esta fase reivindicativa que vive el cantante es el tatuaje que luce en su brazo izquierdo, el toro del "Guernica" de Picasso, que "recuerda los peores valores que tenemos". Decidió ponérselo porque le pareció "muy fuerte el día que taparon el cuadro en la sede de la ONU porque iba a hablar Bush. Fue curioso ver cómo una obra de arte era más fuerte que el presidente de Estados Unidos".
Alejandro Sanz, que recibió un muñeco de regalo para su hija Manuela y obligó a que fueran a buscar a la puerta a un niño con el pelo rojo al que no habían dejado entrar en la rueda de prensa, comenzará el próximo mes de febrero una gira de conciertos por América, para los meses de julio, agosto y septiembre recorrer España. "El vivo es fundamental para un disco que se ha grabado prácticamente en directo. El escenario es el fin último de un artista", señaló. El compositor madrileño volvió a decir, lo suele hacer muy a menudo, que "ni era tan malo antes, ni tan bueno ahora", pero está convencido de que "va a haber un antes y un después de este disco, porque he visto como la gente trabajaba en él".