L D (EFE) "Para Air France, los Concorde pertenecen al patrimonio aeronáutico de la humanidad y deben poder ser vistos -y admirados- tras el final de sus vuelos. Ese es el caso para el conjunto de la flota Concorde de Air France", señaló la aerolínea en un comunicado. De está forma, los cinco Concorde de Air France se expondrán en el Technik Musem Speyer de Sinsheim (Alemania), el National Air and Space Museum de Washington, el Museo del Aire y del Espacio de Le Bourget (afueras de París), la sede de Airbus en Toulouse (sur de Francia) y el aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle.
En abril pasado, Air France y británica British Airways, las únicas que poseen estos aparatos, anunciaron su decisión de jubilar sus Concorde debido a la crisis del sector, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Se terminan así 27 años de vuelos supersónicos de París y Londres a Nueva York, salpicados de incidentes técnicos y ensombrecidos por el accidente de un Concorde de Air France nada más despegar del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle, el 25 de julio de 2000, en el que murieron 113 personas en su mayoría alemanes.
Tras varias mejoras técnicas, los cinco Concorde de Air France y los siete de British Airways reanudaron sus vuelos el 7 de noviembre de 2001, pero el alto coste de su mantenimiento y la caída en picado de la demanda de pasajes, incrementada tras el comienzo del ataque a Irak, dieron la puntilla al único aparato supersónico de transporte civil del mundo.
El presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, explicó entonces que el cese de la actividad costará a Air France entre 50 y 60 millones de euros, por la amortización del almacenamiento de las piezas de recambio, pero evitará una perdida anual de entre 30 y 50 millones de euros (35 y 58,5 millones de dólares). Air France abandona con "pesar" la explotación de sus Concorde, dijo Spinetta, quien agregó: "No olvidaremos nunca a los que, haciendo volar al Concorde durante casi tres décadas, han permitido a Air France escribir una de las páginas más bellas de la historia de la aviación".
En abril pasado, Air France y británica British Airways, las únicas que poseen estos aparatos, anunciaron su decisión de jubilar sus Concorde debido a la crisis del sector, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Se terminan así 27 años de vuelos supersónicos de París y Londres a Nueva York, salpicados de incidentes técnicos y ensombrecidos por el accidente de un Concorde de Air France nada más despegar del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle, el 25 de julio de 2000, en el que murieron 113 personas en su mayoría alemanes.
Tras varias mejoras técnicas, los cinco Concorde de Air France y los siete de British Airways reanudaron sus vuelos el 7 de noviembre de 2001, pero el alto coste de su mantenimiento y la caída en picado de la demanda de pasajes, incrementada tras el comienzo del ataque a Irak, dieron la puntilla al único aparato supersónico de transporte civil del mundo.
El presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, explicó entonces que el cese de la actividad costará a Air France entre 50 y 60 millones de euros, por la amortización del almacenamiento de las piezas de recambio, pero evitará una perdida anual de entre 30 y 50 millones de euros (35 y 58,5 millones de dólares). Air France abandona con "pesar" la explotación de sus Concorde, dijo Spinetta, quien agregó: "No olvidaremos nunca a los que, haciendo volar al Concorde durante casi tres décadas, han permitido a Air France escribir una de las páginas más bellas de la historia de la aviación".