L D (Europa Press) Para Acebes, "la peor de las irresponsabilidades es que presida la propaganda y la publicidad en la política" sobre inmigración, ya que "tiene consecuencias" y sostuvo que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "ya ha cometido un tremendo error que es apartarse de la política europea para hacer el único proceso de regularización masiva que se ha hecho en Europa, desde que se acordó una política común". Recordó que el proceso de normalización "ha tenido las críticas más duras de países como Francia y Alemania", puesto que la decisión que adopta un país, cuando no existen fronteras, "está afectando al conjunto de la Unión Europa (UE)".
Por tanto, remarcó que las consecuencias de la política de "puertas abiertas y papeles para todos" se están viviendo en Almería, en Ceuta o en Melilla ya que "colocas el foco en un efecto llamada absolutamente previsible", señaló. A su juicio, si España es "el único país de la UE que admite procesos de regularización masiva, está dando una oportunidad a las mafias para decir este es el sitio donde puedes ir porque entres bien o mal, al final, te vas a quedar".
Eso es, para Acebes, lo que ha sucedido en España y, al respecto, denunció que "hoy vemos que ha ocurrido el efecto contrario" ya que dio a conocer que "ya hay más de un millón de inmigrantes irregulares desde el proceso de regularización masiva que hizo el Gobierno socialista". Por tanto, criticó que, "no sólo no ha conseguido disminuir el número de inmigrantes irregulares, sino que se han incrementado" como consecuencia de "hacer una política desordenada y propagandística en una materia tan delicada como es la inmigración".
Sobre la decisión del ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, de expulsar del país a los 120 extranjeros condenados por la Policía mientras participaban en los disturbios callejeros de los últimos días, Acebes afirmó que "tengo la máxima confianza en las decisiones que pueda tomar Nicolas Sarkozy y sé que tomará las mejores decisiones que convengan a los intereses generales de Francia".
No obstante, no quiso valorar concretamente esa medida puesto que "no puedo evaluar una decisión como es esta y que afecta a la soberanía de un país en relación al orden público y al control de una situación muy complicada". Así, reiteró que "no debo calificarla más allá de la confianza en la persona --del ministro francés-- porque la conozco, sé como piensa y como trabaja y, en esta materia, tomará la que crea mejor para Francia".