L D (EFE) La muerte de Vincent, de 22 años, que además de estar paralizado a raíz de un accidente de tráfico ocurrido hace tres años era mudo y casi ciego, relanzó en Francia el debate sobre la eutanasia. La investigación judicial contra la madre de Vincent, Marie Humbert, está abierta por "administración de sustancias tóxicas con premeditación a una persona vulnerable", lo que es castigable con un máximo de cinco años de cárcel, mientras que el responsable del servicio de reanimación del hospital, Frédéric Chaussoy, podría afrontar hasta cadena perpetua.
El propio Chaussoy asumió públicamente la muerte de Vincent: dijo que había desconectado el respirador artificial que mantenía al joven con vida, dos días después de que cayera en coma profundo tras la administración, por su madre, de un barbitúrico. Al anunciar la apertura de la instrucción judicial, que ha sido confiada a la juez Anne Morvant, la Fiscalía de Boulogne-sur-Mer indicó que "dado el contexto" de la muerte de Vincent, ni su madre ni el médico son objeto de control judicial o de detención preventiva. En las horas que siguieron a la administración del barbitúrico a su hijo, Marie Humbert fue brevemente detenida antes de ser puesta en libertad.
El propio Chaussoy asumió públicamente la muerte de Vincent: dijo que había desconectado el respirador artificial que mantenía al joven con vida, dos días después de que cayera en coma profundo tras la administración, por su madre, de un barbitúrico. Al anunciar la apertura de la instrucción judicial, que ha sido confiada a la juez Anne Morvant, la Fiscalía de Boulogne-sur-Mer indicó que "dado el contexto" de la muerte de Vincent, ni su madre ni el médico son objeto de control judicial o de detención preventiva. En las horas que siguieron a la administración del barbitúrico a su hijo, Marie Humbert fue brevemente detenida antes de ser puesta en libertad.