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El oeste está en Córdoba y Gordillo es el malo... y el feo

De sindicalistas proletarios a asesinos sanguinarios, pasando por joviales políticos, las portadas de este jueves no pueden venir más variadas.

Desde la de El Mundo nos mira con ojos inquisitivos y las manos en los barrotes el asesino y torturador Bolinaga, con las pantuflas en el alfeizar y una mirada que no es la de un hombre que pide perdón, ni mucho menos. El titular bajo la imagen: "Los presos de ETA presentan el ‘caso Bolinaga’ como un triunfo". No nos engañemos, ¿qué otra cosa es?

El titular principal es para el último asalto de la pelea de ministros, que parecen un par de gallitos saltando, agrediéndose y, por supuesto, sin hacer nada: "Soria decidido a poner coto a las renovables pese a Montoro", dice.

En el interior del periódico yo les recomendaría el artículo de Sostres – ya sabrán los habituales de este rincón mi predilección por el catalán – que nos cuenta cómo le quitó una caca a su hija en el altar de un monasterio: "Dios está conmigo cada vez que le cambio los pañales", se excusa.

El periodista está más que encantado con su paternidad y escribe sobre ella con asiduidad, a veces se pone transcendental: "Un hombre es infinito si puede estar con Dios, su mujer y su hija". Ahí queda.

El País lleva a portada los planes del Gobierno para los bancos, con otra imagen de los incendios para ilustrar la portada, no sabemos si con aviesa intención. El titular de lo primero: "El Gobierno cambia las ley para intervenir bancos de forma urgente". El de lo segundo: "El fuego causa una catástrofe en Castilla y León".

El diario de Prisa tiene un día un tanto sosainas, así que mejor van directamente a la contraportada para ver los dos kilos de grasa que lleva una endocrinóloga para darle asco a los gordos. Y asco da, la verdad.

No tanto, eso sí, como el jovial Guerrero enseñándonos la lengua, sólo la puntita, desde la portada ABC. El que fuera director general y que, según sus propias palabras no se ha "dedicado a la drogodependencia", ha lanzado ya su carga de profundidad y los de Vocento se hacen eco: "Guerrero insinúa que Chaves y Griñán deberían estar imputados".

En el interior les recomiendo, como siempre, la columna de Ignacio Camacho que teoriza sobre cómo Gordillo se ha convertido en algo así como el posado veraniego de la Obregón, es decir, convertido en una bufonada: "En lugar de ocupar un latifundio, bajo el tórrido sol del secarral los revolucionarios han acabado nacionalizando una piscina".

Y lo mejor, el titular con el que se abre la sección de nacional: "El Gobierno alerta del peligro separatista de Bildu". Gracias señora vicepresidenta, si no nos lo dice usted ni por un momento habíamos pensado que tal cosa existiese. Fin de la ironía.

La Razón nos traslada a las secas planicies más allá del río Pecos, a una historia de bandoleros y forajidos, que en este caso no son buscados por la ley, tal y como nos recuerdan en otra de esas portadas tan caras a Francisco Marhuenda: "NO SE BUSCA", nos dicen sobre una imagen del sindicalista que es un cartel electoral en Marinaleda, pero podría estar a la puerta de cualquier Saloon.

En el interior nos cuentan Córdoba se está "blindando" policialmente ante la llegada de la "larga marcha" gordillesca, mientras que el editorial habla de un pueblo por el que pasaban los jornaleros: "La escena vivida ayer por los ocho mil habitantes de Posadas, pueblo cordobés enclavado en las estribaciones de Sierra Morena, fue la típica del clásico «western» ante la llegada de los forajidos: calles vacías, comercios cerrados a cal y canto, bares con las persianas echadas y, por supuesto, bancos fuera de servicio. Pero ni Posadas es un villorrio del Oeste americano perdido en el siglo XIX ni los que sembraron el pánico entre sus pobladores eran pistoleros malencarados y pendencieros, sino un centenar de sindicalistas capitaneados por el diputado autonómico Sánchez Gordillo".

Tremenda imagen, ya casi tenemos la película, porque Gordillo puede hacer a la vez del feo y del malo, es decir, que sólo nos falta encontrar al bueno.

Por último, en La Gaceta se da el titular principal a José Micol, herido en un atentado de ETA en 1983 y que anuncia que "llevaré la huelga de hambre hasta el final si dejan libre a Bolinaga". Pues que mala pinta tiene lo suyo, me temo.

La imagen, un poco más recatada que la de ABC, es también para el jovial Guerrero, con uno de esos titulares que uno nunca imagina que llegará a escribir cuando empieza a estudiar periodismo: "No soy un putero ni un drogadicto".

Ay Dios, a qué punto hemos llegado.

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