"En las últimas décadas se ha alcanzado la universalización de la educación, pero el sistema actual no permite progresar hacia una mejora de los resultados". Ésta es la premisa sobre la que sustenta la reforma educativa que el departamento dirigido por José Ignacio Wert quiere llevar a cabo con la "máxima diligencia",y sin supeditar su esencia al "consenso" con el resto de fuerzas políticas y sociales.
Y es que, según Wert, la reforma en la Educación es la "más importante que tiene por delante el país. Quizá no sea la más urgente, pero es la que va a tener efectos más determinantes" en unas décadas, sentenció el ministro ayer mismo en las jornadas del Campus FAES que estos días se están celebrando en el madrileño municipio de Navacerrada.
Las debilidades del sistema educativo español ya están detectadas. Y son fundamentalmente dos: "la alta tasa de fracaso escolar" –aquella parte de la población que no consigue siquiera la titulación básica, a pesar de que se puede obtener el título de ESO hasta con tres asignaturas suspensas–; y el "abandono educativo temprano".
A esto hay que sumar los resultados que se desprenden del famoso informe PISA, una "bendición", en palabras del ministro, ya que sin él "no sabríamos dónde estamos" en cuanto a los pésimos resultados que obtienen los estudiantes españoles en lengua, idiomas, ciencias y matemáticas.
Teniendo en cuenta todo esto, varias son las líneas de actuación que el departamento de Educación tiene previsto llevar a cabo:
- Anticipación de los itinerarios
- Oferta de guías alternativas
- Utilización de las tecnologicas de la comunicación
- Incrementar la autonomía de los centros. Sobre este punto, José Ignacio Wert señala que "la descentralización ha dejado en manos del Gobierno central unas competencias muy limitadas" que, sin embargo, "no se ha traducido en un incremento efectivo de la autonomia de los centros".
- Y por último, pero no por ello menos importante, la "cultura de la evaluación" de modo que "todo final de etapa" venga "marcado por una prueba externa" para "estar seguros de que el sistema funciona de una forma razonable". El titular de Educación aboga por "la instalación consistente y robusta" de pruebas externas en todo final de etapa: Primaria, ESO y Bachillerato, porque el sistema educativo español "se ha deslizado hacia la mediocridad", diseñadas por el Gobierno en la parte de enseñanzas mínimas y por las Comunidades Autónomas en la parte restante.
Pero no sólo de instaurar estas pruebas aboga el departamento de Educación, sino que Wert insinuó este jueves, en el Campus FAES, que habrá una modificación de la Selectividad, aunque no precisó cómo se modificará esta prueba. "La única prueba de evaluación final de ciclo que más o menos ha persistido, que ahora se llama PAU, realmente no funciona porque evidentemente, si la anteriormente llamada Selectividad no selecciona nada, porque el 94 por ciento la pasan, es evidente que ahí hay una mala concepción".
Asimismo, se "reducirá el número de materias y vías", pero se incrementará el número de horas en asignaturas como lengua, matemáticas, ciencias e inglés:
- Cursar, a partir de 2º de la ESO, programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento así como de cualificación profesional.
- Adelantar a 3º de la ESO la elección de itinerarios a través de la elección de materias y convertir 4º de ESO en un curso de iniciación con dos trayectorias bien diferenciadas: hacia Bachillerato y hacia Formación Profesional.
- Facilitar el acceso de Formación Profesional de grado medio a Formación Profesional de grado superior.
Y es que para Wert, decir que tenemos actualmente "la generación mejor preparada de la historia" en España "es una bobada, siendo verdad" porque lo importante no es estar más formados que nuestros antepasados sino "tan preparados como la mayor parte de con quienes tendrán que competir para encontrar un puesto de trabajo".