El Mundo cree que se trata de un "Castigo a España. El problema del euro no es la débil Grecia, sino España". Y ¿por qué? ¿por qué nosotros?, se preguntarán. Pues dice Pedro J. que "la principal respuesta es que el Gobierno no está haciendo los deberes en el modo y al ritmo que le marcan los organismos europeos". Y eso que "no se le puede negar el esfuerzo", al muchacho, pero ha cometido "algunos errores". Pedro J. no entiende nada. "Lo más incongruente de la actuación de Rajoy es que pide la unión bancaria y, a la vez, se niega a aplicar las medidas que le son sugeridas desde los organismos que regularán esa mayor integración". Pues sí, cierta contradicción sí que hay. ¿Qué tal una visita al psicólogo? Y por si el presi no tuviera suficiente, le pega un par de azotazos por presentar como un "triunfo personal" el rescate. "Esa actitud un tanto quijotesca le ha distanciado de sus homólogos europeos (...) Solo hay una solución: hacer más reformas". Así que andando que es gerundio.
La Razón nos cuenta que "el G-20 y Bruselas apoyan a España frente al ataque de los mercados". ¿Sí? Anda, pues quién lo iba a decir. ¿Y qué pasará el día que se hagan los suecos? El periódico defiende el "contundente y dramático llamamiento" de Montoro al BCE para que intervenga. "No se anduvo por las ramas y fue directo a morder", pero ni por esas, es que ni se inmutó por la dentellada, el BCE. "Da la impresión de que su presidente, Mario Draghi, no saldrá de la parálisis hasta que Berlín decida". Toda, toda la impresión. Ely del Valle está desesperada. "Da igual. Nada funciona (...) Y no hace falta saber demasiado de economía para sospechar que el principal problema va a ser que nadie sabe exactamente ni lo que pasa ni lo que pasará". Ay, Ely, qué razón tienes, tanto listo por ahí y nadie tiene ni idea.
Para ABC la pobre "España paga el acoso al euro" mientras "los dirigentes europeos y los mercados continúan con su pertinaz y agónica partida de pimpón". Pero que Merkel no se ponga triste. Tiene un amigo en España. Hermann Tertsch la defiende con ardor de la "campaña de desprestigio e insultos" que está sufriendo de los que creen que "está sola en el mundo y a punto de sufrir la humillación y el castigo". Y todo porque "los griegos se creen en el derecho de llamar puta nazi a Merkel mientras le piden que les pague dinero y se calle. Y Rajoy, que parecía tener criterio, se resiste a las reformas y se une al coro de quienes quieren árnica de dinero barato y no soluciones". ¡Plas!, otro bofetón para Rajoy.
Álvaro Martínez se tira a la yugular del "conspicuo zascandil apellidado Gómez Benítez, que representa como nadie la intromisión de la política en el mundo de ropón y las puñetas". Porque el gasto de dinero público puede ser un "adefesio público" pero "no es exclusivo de esa magistratura ni de ese oficio. ¿Tiramos de la manta?", invita. "Me temo que nos quedamos sin brazos ante tan ciclópea tarea". Y es que, amigo. "La venganza es un plato que se sirve frío y el camarero se parece mucho a un señor que se llama Baltasar".
También La Gaceta la toma con el BCE, cuya "pasividad sitúa a España al borde del rescate" cuando De Guindos ya ha dicho que "España es solvente", córcholis. Carmen Tomás se suma al club de los a punto de echarse llorar. "En los últimos tiempos, no hacemos más que esperar (...) Nuestro destino parece unido a un montón de circunstancias que no podemos controlar".
Y El País le da el caprichito a Cebrián, que los deseos del jefe son nuestros deseos, y se saca de la manga un pacto de gobierno. ¡Chatachán! "PP y PSOE acuerdan mostrar en el Congreso su pacto fiscal ante Europa". Pero ahí no queda la cosa. "Ratificarán juntos el jueves en la Cámara el tratado de estabilidad". Y fíjense si se han hecho amiguitos que "Montoro y Rubalcaba piden (juntitos) al BCE que intervenga". Además, "los dos partidos anunciarán en breve un consenso sobre las instituciones". Y es que "no todo son desacuerdos (...) Han mantenido varios contactos reservados", dice Fernando Garea. Lindo, ¿eh?