El Mundo es de los que abren su portada con aplausos a Anticorrupción, que "quiere que la Audiencia investigue Bankia", y Pedro J. aprovecha para pegarle un capón al PP. "La decisión contrasta con la negativa del PP a dar el visto bueno a una comisión parlamentaria para dilucidar las responsabilidades políticas, que son mucho más claras que las penales". Por cierto, que el diario de Unidad Editorial tiene un rebote sordo con Alemania. Tal es su cabreo que no se corta un pelo en recordar tiempos aciagos. "Alemania nos acosa", dice en su Brevete Secondat, que se lía a tortas con el país y contra Merkel y dice que "con ella al frente del gobierno de Berlín, se ha acentuado más la tradicional antipatía" hacia los alemanes. "Y permanece endeleble en la memoria el mal recuerdo de Hitler. Sobre todo en la memoria de quienes, por los años 40 del siglo XX, conocieron personal y directamente los crímenes y desmanes del nacionalsocialismo", dice aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Sostres se ahorra las sutilezas y va directo a la yugular: "Siempre que Europa se ha puesto en manos de Alemania hemos acabado estremecidos de horror y de barbarie", porque ellos "son así: bárbaros". Y anuncia la III Guerra Mundial. "Su mejor filosofía fue utilizada para justificar los campos de exterminio (...) El ataque se produce cada vez de un modo más sofisticado y endemoniado; veremos el siguiente cómo se desencadena y con qué nuevas crueldades colorea nuestras pesadillas. En cualquier caso, será atroz, inconcebible y terriblemente inhumano".
El Mundo es uno de los pocos periódicos que trata el archivo de la investigación del vagón del 11-M hallado por Libertad Digital. Eso sí, se limita a un titular. "La fiscalía no ve 'ninguna ocultación' ni 'indicio de delito' en el vagón del 11-M".
El País sin embargo, da palmas con las orejas. "La fiscalía de Madrid entierra el bulo del 11-M aireado por los medios partidarios de las teorías conspirativas", dice henchido de felicidad. Y se lía a bofetadas con Torres-Dulce, que ordenó abrir la investigación "tras la aparición de una noticia en Libertad Digital que insinuaba que la policía o el juez Juan del Olmo habían ordenado ocultar allí esos restos", el fiscal "hasta se atrevió a aventurar el supuesto delito: obstrucción a la justicia". M. Altozano llega al paroxismo de la felicidad. "Pero un simple vistazo al caso bastaba para desbaratar el bulo al que el fiscal general había dado oxigeno (...) De ocultación de pruebas, nada. Bulo cerrado". Para mí que hoy no es el día de Torres-Dulce.
En La Razón se oye hoy un largo suspiro de alivio acompañado de un subidón patriótico. "Sí España. El fantasma del rescate se aleja", ufff, qué sudores. Y aplausos a Aguirre a rabiar por recortar diputados de la Asamblea de Madrid. "Si hay algún defecto que no es imputable a Aguirre es el de la incoherencia (...) No le ha temblado el pulso a la hora de encabezar la política de austeridad, sin que la demagogia populista de la izquierda la haya atemorizado". Oye pues es verdad, ni las que le han caído por la derecha. "Aguirre marca la pauta y a los demás les corresponde pronunciarse". ¿A qué demás?
También La Gaceta se rinde ante Aguirre. "Aguirre elimina la mitad de los diputados y baja un 10% los sueldos de los altos cargos". Manuel Gil le pega un buen sopapo a Rajoy. "Aguirre se erige en vanguardia de regeneración de una hipertrofiada clase política (...) Más allá de huecas acusaciones de populismo que la Comunidad de Madrid debe ir descontando –de propios y extraños- Aguirre ejerce de sherpa ante la gran reforma de la Administración anunciada por Rajoy". A Rajoy no le va a gustar nada, no le va a gustar.
También ABC cae a los pies de la presidenta madrileña. "Acostumbrados a medidas rutinarias, el gobierno de Madrid acierta al proponer algunas verdaderamente regeneradoras, acordes con lo que los ciudadanos esperan de su clase política".
Y hablando de Roma, Isabel San Sebastián da un toque a los políticos tras el sondeo del CIS que confirma la tirria que se les está cogiendo. "Evidentemente no hay una única razón que explique el desprecio y hasta la inquina creciente de los gobernados hacia los gobernantes". De hecho hay un montonazo. "Dificultades económicas", "impuestos", "nepotismo", "corrupción", por citar algunas. Y si a todas estas cosillas "sumamos la percepción de que existe una especie de pacto tácito en virtud del cual se tapan mutuamente las vergüenzas con el fin de no perjudicarse unos a otros, ya está completo el retrato de vampiros sedientos de impuestos y dinero público que muchos contribuyentes dibujan en sus cabezas". Así que, a cuidarse de los estacazos en el corazón.