Paro académico total en la Universidad de Sevilla

El rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, perteneciente al sector oficialista que ha dirigido la institución bajo la inspiración del PSOE desde la transición sin apenas excepciones, lleva meses criticando la política del gobierno del Partido Popular sobre la educación en España.

No obstante, cuando por fin los representantes "oficiales" de los estudiantes aprueban en una asamblea un paro académico forzoso, que no respeta a quienes no quieran secundarlo -lo que parece cuando menos contrario a la Constitución -, Ramírez de Arellano dice que comparte el fondo de la protesta aunque no la forma expresarla.

De hecho, la medida adoptada por los delegados de curso asistentes a una asamblea del pasado viernes supuso la anticipación del fin de curso quince días y la eliminación de muchos exámenes que tenían su fecha convocada ya, y que cae dentro del período de paro decidido con grave perjuicio de los estudiantes.

La decisión del paro académico forzoso la ha adoptado el Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla, Cadus, el pasado viernes y en el transcurso de una asamblea celebrada en el pabellón de Uruguay, donde 19 de las 25 delegaciones aprobaron la medida frente a cinco que la rechazaron y una que se abstuvo. Téngase en cuenta que el CADUS está compuesto por 263 delegados de curso de los que no sabe cuántos asistieron a la asamblea. La máxima representación del Cadus se elige en segundo grado de entre estos 263 delegados y está formada por nueve consejeros, entre los que se encuentran desde militantes de IU en distritos municipales de Sevilla a simpatizantes del 11 M.

Tampoco sabe nadie cuál es su representatividad real, porque en la página web del Cadus no vienen ni resultados electorales ni porcentajes de participación ni forma de realización de las elecciones. De hecho en febrero deberían haberse convocado elecciones para la renovación de este órgano, pero no se sabe nada ni aparecen resultados en la página web.

Para que se tenga una idea de cuáles son los niveles de representatividad en la Universidad sevillana, puede comprobarse que el porcentaje de participación en las elecciones a rector en la pasada convocatoria apenas sobrepasó en 11 por ciento en la Universidad de Sevilla, y fue del 1,2 por ciento en la Universidad Pablo de Olavide, la segunda de la capital hispalense.

La situación es de extrema gravedad porque la figura elegida para la protesta es el paro académico, y ello implica mayores consecuencias que una huelga. Según ha reconocido la US, implica la suspensión de "todas las actividades docentes". "Se para la docencia: ni clases, ni exámenes, ni tutorías", ha señalado un portavoz de esta institución. Esto es, se fuerza a todos los componentes de la Universidad, estén de acuerdo o no con la medida adoptada por un grupo de estudiantes supuestamente representativo, a parar su actividad.

Por ejemplo, dado que hay exámenes finales convocados para las fechas en las que se desarrollará el paro académico, los alumnos afectados tendrán que volver a examinarse en septiembre o negociar posteriormente con sus profesores otra fecha de examen si es posible.

En la segunda Universidad, el paro académico tiene un menor impacto porque sus profesores pueden seguir dando clase aunque los alumnos que no acudan no podrán ser perjudicados. En un comunicado Olavide añade: "Si el paro coincidiese con pruebas de evaluación previstas en la guía docente, la no asistencia a las mismas no podrá tener efectos sobre la calificación final de los estudiantes", y respecto a las prácticas, la dirección de la Universidad Pablo de Olavide sostiene que "deberán reprogramarse" para proceder a su evaluación.

El paro convocado por el Cadus, apoyado asimismo por los representantes de los alumnos de la Universidad Pablo de Olavide, afectará a más de 60.000 alumnos universitarios, un tercio de todo los universitarios andaluces.