La sorpresa de las cuatro décimas más de déficit recorre todas las portadas aunque es El País quien más destaca el dato, aprovechando para arremeter contra las "comunidades estandarte" del PP. Para El Mundo, sin embargo, la noticia del día es la no comparecencia de los responsables de Bankia por decisión del PP, algo que contrapone a la aprobación de la Ley de Transparencia. Dice el diario de Pedro J., molesto con el Gobierno, que dicha norma se queda "sólo a medias" y que la transparencia "no se demuestra con frases grandilocuentes ni con leyes que no se cumplen sino que es una práctica cotidiana que se acredita con los hechos". Similares argumentos da el diario de Prisa en su editorial, que también ve que el proyecto de ley "se queda corto".
Pero lo que sigue acaparando más comentarios, tribunas y opiniones son las dudas sobre el futuro de la UE. Muy inquieto está José María Carrascal, que en la tercera de ABC expone cuáles pueden ser las consecuencias, antes "impensables", de esta nueva crisis. El periodista expone qué pasaría si finalmente se emprendiera la "disolución del euro", una "bomba de hidrógeno económica" que supondría, entre otras cosas, "el descenso en picado del nivel de vida" y unos "muy posibles disturbios sociales". Carrascal no ve tan lejana esa posibilidad porque, afirma, Alemania no perdería tanto porque "hoy vende ya más fuera de la zona euro que dentro".
También reflexiona sobre la UE, en El País, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que apuesta por las soluciones drásticas: harto de "la penitencia" que "se nos impone" desde la UE, se pregunta qué ocurriría "si España y otros países decidieran terminar este calvario amenazando con el portazo". Unas líneas antes, sin embargo, aboga por pedir un rescate a Bruselas para nuestra banca: "tampoco deberíamos rasgarnos las vestiduras (...) Si significase que nuestros bancos pasaran a estar bajo la supervisión directa del BCE, bienvenido sea. Más valdrá que rescate a parte de nuestra banca a que tenga que rescatar e intervenir todo el país".
El subidón de Bankia de ayer es portada en ABC, aunque en páginas interiores más llamativa que las cifras bursátiles es la columna que le dedica Ignacio Camacho a Cristóbal Montoro. El periodista lo ensalza como el ministro que al final nos acabará sacando del atolladero, pero en medio le dedica frases como esta: "Representa el estilo de tipo al que nadie en su juicio encomendaría una tarea relacionada con la seducción política". "Tiene un aire de suficiencia sardónica que espanta votos aunque anuncie buenas noticias (...) Es un horror delante de los micrófonos. A veces parece complacerse en el pesimismo", añade antes de elogiar, eso sí, su firmeza ante los derroches de las autonomías.
ETA es portada en La Gaceta, por la reunión que pretendió celebrar en la Nunciatura de Madrid, mientras Fernández Díaz acapara noticias por su foto junto al nuevo ministro del Interior galo, el español Manuel Valls. Y en La Razón se desmarcan con una portada que nada tiene que ver con lo económico, aunque provoque similar inquietud: "Gibraltar, en pie de guerra", dice en alusión a los movimientos de la Royal Navy. Dice el diario en su editorial, con un tono más comedido, que "sería muy lamentable que la cerrazón británica taponara las vías de negociación y contaminara las excelentes relaciones entre dos países amigos".