La tauromaquia es una tradición española que está intentando ser abolida en algunos puntos de España. En Cataluña ya ha sido prohibida y en el resto del país los abolicionistas arguyen que es un "capricho de unos pocos subvencionado con dinero de todos".
Sin embargo, los datos demuestran lo contrario. La Razón publica un estudio que muestra como la fiesta de los toros goza de buena salud y es una industria que se mantiene por sí misma.
En este sentido, es destacable que las corridas de toros recaudaron en 2010 350 millones de euros en taquilla. De este modo, supera con creces al cine español, que recaudó 80,2 millones ese año. Una diferencia abismal entre un mundo subvencionado en gran parte y otro que lucha para sobrevivir sin apenas ayuda.
De estos datos también se desprende que de los 1.848 festejos que hubo ese año hubo un total de 10,46 millones de espectadores. Los aficionados que compraron todas estas entradas dejaron a las arcas del Estado tan sólo en concepto de IVA 41,7 millones de euros. El cine español, tan sólo 7,3 millones.
La Comunidad de Madrid es una de las que se beneficia en todos los sentidos de la actividad taurina. En sus presupuestos de 2012 aparece una partida de 2,2 millones para los toros. Pero este gasto queda ya cubierto con el canon de arrendamiento que abona la empresa adjudicataria y que aporta 2,3 millones de euros. Tan sólo la Feria de San Isidro genera 50 millones de euros, de los que 17 millones corresponden a las entradas. De éstos, 1,5 millones irán a las arcas públicas por el IVA y otros 2 millones devengados de la actividad económica. En total la Comunidad de Madrid consigue 6 millones de euros en beneficios al año gracias a los toros.