Casi logra el pleno de portadas Rodrigo Rato en el momento amargo del adiós. Tras la catarata de filtraciones sobre la entrada de dinero público en Bankia este lunes a mediodía saltaba la noticia de que el que fuera vicepresidente económico dejaba la presidencia de la entidad financiera y, casi veinte horas después, la noticia y el hombre copan las primeras planas de los periódicos en papel.
"El Gobierno fuerza la salida de Rato para salvar Bankia", dice El Mundo, con una imagen en la que don Rodrigo está, efectivamente, saliendo de algún sitio. Tonos amarillos en una imagen de escasa calidad y mucho grano, no sabemos si elegida con intenciones malévolamente metafóricas.
Por supuesto el editorial principal trata también el tema, teorizando sobre la "credibilidad" que da a la reforma el "sacrificio", se diría que en los altares del FMI, del hasta ahora directivo de Bankia. Se critica también un proceso de fusiones que "en la mayoría de los casos sólo han surgido entidades mayores con los mismos problemas".
También se aprovecha para reconocer los méritos de Rato: "Hay que reconocerle que en dos años logró la integración en una entidad de siete cajas de ahorros distintas y la salida a bolsa del nuevo banco, pero a la vista está que eso no ha sido suficiente".
Pero si quieren ustedes llevarse una sorpresa este martes 8 de mayo de 2012 tienen que leer La Tronera de Antonio Gala, dedicada sin mucho cariño y sin citarlo a Evo Morales. Escribe Gala, en principio, sobre la nacionalización de REE, pero empieza centrándose en otras cuestiones: "Hay un jefe de Estado, por así decir, convencido de que los europeos nos afeminamos por comer pollos de granja. Me gustaría aclararle que, si la afeminación se produce, es cuando se comen directamente pollas. Y no en todos los casos". Aclaración hecha.
Volviendo a cuestiones menos sorprendentes, en El País coinciden literalmente con, al menos, medio titular de El Mundo: "El Gobierno fuerza la salida de Rato". La imagen, el propio Rato, cómo no, hablando por teléfono.
El editorial, que prefiere no hacer sangre, dice que la decisión es "plenamente coherente" y que "el presidente del Gobierno parece haber caído en la cuenta de que no habrá solución para la crisis española si no se sanea Bankia".
En otro orden de cosas, hay dos artículos interesantes, uno del líder de IU en Extremadura, Pedro Escobar, que habla de la moción de censura que, se rumorea, el PSOE podría plantear en su región. "¿Moción imposible?" se pregunta desde el titular para responderse que sí, que prácticamente tendría que darse un milagro para que su partido apoyase a un PSOE que "ha sido fiel y a veces fanático seguidor de las políticas neoliberales, de las privatizaciones, del adelgazamiento del Estado, del recorte de derechos sociales y laborales". O eso o que Monago sea el que "provoque" la moción... por no hacerles el suficiente caso.
Y acabamos nuestro repaso al diario de Prisa deteniéndonos en un artículo del ínclito Luis R. Aizpeolea, feliz como una perdiz porque el PP vasco rompa con el PSE, lógico según él, ya que los socialistas están "más cerca del PNV que del PP" pues los populares se ven "muy presionados por el radicalismo". Por supuesto, "el radicalismo" no son los de la pistola y la extorsión sino, vaya por Dios, los que se oponen a políticas como "el acercamiento de presos de ETA" o la "excarcelación de Arnaldo Otegi". Lo de este hombre no tiene nombre... o sí, pero no podemos escribirlo aquí.
ABC nos saca en portada a Rato paseando por los jardines de Moncloa (qué mala leche) y de nuevo casi repite titular: "El Gobierno fuerza la marcha de Rato para sanear Bankia".
El editorial, de formas suaves y casi amables, habla de "el agónico intento de supervivencia protagonizado por las cajas que la integraron" y de la necesidad de "desatascar el canal del crédito". Hay un tema más sobre el que llama la atención y que nos parece interesante: las consecuencias que podría tener el asunto en "el convulso mercado de la opinión pública".
Cambiando de tema, muy recomendable también el artículo de Tertsch sobre la ascensión de los radicales y la "angustia de Europa", como dice en el titular. El columnista cree que la llegada de comunistas y nazis a un parlamento es "un síntoma dramático de la descomposición interna de la democracia". Por otro lado, compara los shows de los nazis griegos o la familia Le Pen con el esperpento de Sánchez Gordillo en el parlamento andaluz: "Los comunistas griegos y andaluces no podrán acabar con los ricos, aunque como siempre multiplicarán a los pobres".
La Razón es el único que no pone a Rato en la fotografía de portada: prefiere a Rajoy y Carlos Herrera, que para ello el periodista es la gran estrella de la casa... o a estas alturas ya lo son los dos, que está el periódico de Planeta de lo más institucional. El titular, eso sí, para el ya casi ex de Bankia: "Rato deja Bankia tras anunciar Rajoy que saneará la entidad".
El editorial habla también de la necesidad de explicar bien el proceso, ya que, "demagogia populista al margen, es evidente que el Gobierno está obligado a hacer un esfuerzo de información y transparencia para que los contribuyentes sepan con certeza si las ayudas a los bancos y la reforma financiera suponen algún coste o no para las arcas públicas".
Y no dejen pasar por las páginas 30 y 31 para disfrutar, o estremecerse, con un montaje fotográfico con el que se da vida a Merkohollande: media cara de la alemana y la otra media del francés para un engendro que podría ser enemigo de Batman. Escalofriante.
La Gaceta, por último, lleva un titular más largo y explicativo: "Rajoy y De Guindos pidieron a Rato que abandonara la Presidencia de Bankia". La imagen, la de un Rato semihundido de resonancias goyescas que se antoja apropiada al día.
En el interior, vale la pena leer a la colaboradora de esta casa, Carmen Tomás, que titula con cierto humor "Salvemos a la ‘bankia’". Habla también la Tomás de que habrá que explicar todo bien y que "no va a ser tarea fácil, ya que cualquier cosa relacionada con el sistema financiero es materia sensible y propicia para la demagogia".
Pide también que el Gobierno dé "algo a cambio" a los ciudadanos, por ejemplo, "un esfuerzo mucho mayor" en "sus sueldos, prebendas, cargos y carguitos".
Pues está bien visto.