A El Mundo no le ha gustado nada la reacción del Gobierno con Evo Morales. "Se ha echado en falta una posición más contundente del Gobierno", dice Pedro J. Pero esto no es nada con la que le cae al presidente de Repsol, Antonio Brufau, que "el mismo día en que se anunciaba la nacionalización de la red eléctrica, aparecía en público sonriente con Evo Morales". A Pedro J. no le pareció muy oportuno. Es más, lo califica de "esperpento". Y considera que "debería haber cancelado ese acto, o al menos, haberlo aprovechado para expresar su repudio a la expropiación". Claro, Pedro, qué listo, como tú no tienes acciones de Repsol en Bolivia. "Si los empresarios españoles no son mínimamente solidarios entre ellos, difícilmente pueden pedir que el Estado o la comunidad internacional les respalde".
Raúl del Pozo hace un resumen del estado de la nación a los que han estado de puente. "Ayer se desplomó el Ibex, enseñó el culo desde la cucaña la prima, aconsejaron a los banqueros españoles una explosión controlada de la quiebra tapada y tantearon cuánto costaría el rescate de Reino de España. Todo esto después de que un cholo nos diera un corte de mangas, como hace unos días hizo la reina del botox". Ah, y "Juan Carlos, que fue un gran líder global, está rodeado y chantajeado". Feliz vuelta de vacaciones, ¿lo pasaron bien?
La Gaceta abre a todo trapo con la última entrega del caso Urdangarín, que aprovechando que la peña estaba por ahí distraída, intentó escurrirse a cambio de unos durillos. "El fiscal no ha autorizado ni va a autorizar ningún trato de favor a Urdangarín". Y no se le pasa el cabreo con Rajoy por no partirle la cara a Evo. "Ante la ola de ataques que están sufriendo las empresas españolas, el gobierno debería cambiar su política exterior (...) Ya está bien de que nos roben y, a cambio, les riamos las gracias".
En ABC Isabel San Sebastián le da un repaso a Elena Valenciano por aquello de que el PP confunde mayoría política con mayoría social. Empieza echándole en cara que el "caprichito" de esta "estudiante frustrada" de empezar dos carreras y no terminar ninguna porque se aburría nos ha costado 36.000 euros. "¿Qué es lo que pretende, deslegitimar la actuación de Mariano Rajoy? ¿Incendiar las calles? ¿Dar a entender que tiene más razón quien hace más ruido y no quien obtiene más apoyo en las elecciones? Es un síntoma grave de sectarismo pensar que la mayoría de la sociedad está contigo aunque no lo exprese" votando. "Mal que le pese a la señora Valenciano, el PP alcanzó el 20-N una holgadísima mayoría absoluta". Isabel, sé indulgente. ¿Si no acabó Politicas como va a saber que la mayoría política tiene alguna relación con la mayoría social que votó al PP? Valenciano debe pensar que los escaños le tocaron en una rifa. Los empollones de derechas siempre pidiendo peras al olmo.
Iñaki Ezkerra escribe un larguísimo artículo para establecer quién puede hablar y quien no puede hablar del Rey. Básicamente viene a decir que él sí que puede porque tiene "peso intelectual y moral". No pueden los programas del corazón, plagados de "izquierda maruja" porque "no es serio ni lógico, ni ético, ni procedente, ni coherente ni mentalmente sano que quieran jugar en un plano gallináceo a la Tercera República los que tienen como infalibles estrellas invitadas de su show a algún grande España al que se la ha ido la olla o a una deslenguada a la que llaman ‘la princesa del pueblo’". Ay, Iñaki, que se te ha visto el plumero, estás enganchado a Sálvame.
El País cuenta que Griñán "se rebela contra el plan anticrisis de Rajoy" porque él tiene uno superguay y va a "abanderar el modelo social público frente a los recortes". En Andalucía no habrá "ni privatizaciones, ni recortes" y tendrá una educación y una sanidad de lujo. Luis Barbero lo explica fenomenal. Es que ahora hay un "discurso" nuevo sobre "qué sociedad queremos" y Griñán dio "ejemplo" con el suyo dejando muy claro lo que quiere. ¿Cómo lo va a conseguir? Ah, de eso ni idea, Griñán no dio "ni una pista" de lo que piensa hacer.
Por cierto que El País lleva a toda página una carta que le mandó Garzón al número dos de interior echándole un broncón de órdago por reducirle la escolta. Está el juez muy, pero que muy asustado, el hombre. "Empiezo a tener miedo de usted y sus métodos", le dice.
Pero la regañina del día nos la da Ussía en La Razón por el "vergonzoso" puente que nos hemos marcado. "Por mi parte, que no se celebren ni los lunes", dice. "¿Cuántos millones de horas de trabajo hemos desperdiciado los españoles durante este interminable puente de mayo?", ¿eh, cuántos? Y encima "ahora viene San Isidro, un santo bastante holgazán, cuyo milagro fundamental era que sus mulas tiraban del arado mientras él descansaba bajo una encina", el tío cara. Los españoles tienen que ser "las mulas, no el santo", dice muy enfadado Ussía. Así que, castigados, "de ahora en adelante sería de desear que se suprimieran los puentecitos, los puentes y los acueductos. Por pudor y patriotismo". Así que hala, a currar, puñetas. Pandilla de vagos...