El País es hoy un periódico feliz. "Rajoy da el primer paso con los presos para acelerar el fin de ETA", yupiii. Aizpeolea le da una palmadita en la espalda a Rajoy por lo bien que ha hecho pasando olímpicamente de "los sectores más radicales de la derecha y de algunas élites de las asociaciones de víctimas". También le parece de lujo que Rajoy deje claro quien manda aquí y "dirige el mensaje a los sectores más radicales de la derecha" cuyo jefe, según Aizpeolea, es Mayor Oreja, "y a las élites de las asociaciones de víctimas –ahora las llama así– de que la política antiterrorista la dirige el Gobierno y no otras instancias". Pero que se seque Rajoy las lagrimitas de emoción que le habrán provocado tanto elogio del periodista de Prisa, que la cabra siempre tira al monte y al final le arrea el consabido tortazo. "La oposición (PSOE) da un ejemplo al PP al no utilizar el terrorismo como arma política en contraste con lo que éste hizo con los gobiernos socialistas".
El Mundo dice como con guasa que "el Gobierno acercará etarras que hagan cursillos cívicos". A Pedro J. maldita la gracia que le hacen los cursillos "para que conozcan la realidad social y reflexionen sobre su pasado", aunque se pone comedido y en lugar de llamarlo gilipollez lo califica de "buenismo" y le parece "dudoso" que vayan a "surtir efecto en personas que han asesinado invocando coartadas ideológicas".
A Federico Jiménez Losantos tampoco le va el plan y recuerda con nostalgia "las gigantescas manifestaciones" cuando al PSOE se le ocurrió uno parecido. Tiene narices la cosa, "PSOE y PP no se ponen de acuerdo en nada pero están de acuerdo en que a los etarras les salga gratis matar si dicen que, tras fracasar por las armas, tomarán el poder por las urnas. ¿Los distingue algo? Sí: el PSOE presume del trato con ETA y el PP niega la evidencia. Pero el error y el crimen son los mismos. Y perpetrados en común".
La Gaceta constata que el "Gobierno irrita las víctimas", que han acogido con "sorpresa y estupor" la noticia de que los etarras "puedan acogerse a las medidas de reinserción sin pedirles perdón" ni nada. Carlos Dávila, de hecho, dice que es "demasiado" para su "body". Escéptico por naturaleza, no se cree que los etarras vayan a volverse buenas personas. "El plan me parece una ingenuidad: los criminales no se van a a reinsertar, harán como máximo un repelente paripé y nada más".
Tampoco ABC tira cohetes, precisamente. "Si solo se trata de acercamientos selectivos a cárceles próximas al País Vasco el anuncio del gobierno carece de sentido, siembra la confusión e inquieta a las víctimas; y si es otra cosa, entonces falta claridad (...) La lucha contra ETA no puede terminar con las víctimas sintiéndose traicionadas. Menos aún por un gobierno del PP, que urgentemente debe aclarar qué es lo que está haciendo". Pero es que no han leído a Ignacio Camacho, que nos cuenta cómo van a ser los cursillos. "Lección primera: está feo matar a la gente. Pinta y colorea un hombre dándole la mano a una viuda". Seguro que cuando lo sepan las víctimas se les pasa el cabreo.
Menos mal que al fin llega La Razón para poner los puntos sobre las íes. Es "una estrategia para derrotar a ETA", tontos. Marhuenda les dice a las víctimas que es que no lo han entendido bien. "Cualquier modificación de las pautas establecidas que pudiera interpretarse como un trato de favor a los pistoleros encarcelados es rotundamente rechazada, como es lógico. Pero no es este el caso", hombre. No es "ningún atajo", ni "triquiñuela", ni "cesión", ni "traición, como se ha dicho apresuradamente". Es ideal, bobas, una "reacción inteligente" para llevarse al huerto a los presos, que no os enteráis. Además, una vez aprobado primero de ‘soy malo, muy malo’ hay una "segunda fase" en la que "deberán pedir perdón". Seguro que las víctimas dan palmas con las orejas con esta aclaración. ¡Qué haríamos sin La Razón!