Tras pasar olímpicamente meses y meses del escándalo de los reptiles en Andalucía si no era para poner a caldo a la juez, El País hoy se lleva las manos a la cabeza y, además de hacer mención en portada, que no es moco de pavo, le dedica un editorial y todo. "Al Gobierno andaluz le nació ayer un problema de dimensiones imprevisibles". ¿Ayer? ¿Están vacilándonos? Encima le echa unas sospechosas flores a la juez Alaya. "El relato que hace la juez (...) tiene trazos tan inquietantes que cuesta creer en su realidad", y por eso ellos ni caso, pero fíjate que parece que "los indicios que aporta hacen verosímil que lo más increíble pudo suceder nada menos que durante diez años". Y ellos sin enterarse hasta ahora. "No sólo Fernández y el resto de los imputados estarían afectados; también las instancias políticas de la Junta de Andalucía". Inquietante ¿no, Griñán? "Sólo un milagro podría haber evitado que al reclamo del panal de rica miel de 700 millones de euros no hubieran acudido, teniendo tan a mano su disfrute, las moscas golosas y avispadas del entorno". Ufff, yo que Griñán me echaría a temblar.
Sobre el debate de Presupuestos están espantados porque "la herencia fue la muleta" del gobierno. Y es que ya lo dice Carlos E. Cué. "Cuatro meses después" –y dos dos días después de que lo corroborara Bruselas- "el Gobierno sigue con la retahíla" del engaño del déficit, pero qué plastas. A ver si aprenden del PSOE, que solo cogió el carrete de Aznar y el ladrillo ocho años después, caramba.
En El Mundo, Pedro J. ve con penilla que "PP y PSOE siguen hoy demasiado alejados para tratar de alcanzar grandes acuerdos". El debate "fue duro y poco tranquilizador" y estuvo "trufado de durísimas acusaciones". Estos chicos es que no tienen arreglo. Santiago González cuenta con admiración lo bien que se lo monta Rubalcaba. "Últimamente se está trabajando mucho el lenguaje verbal" y "ha desarrollado desde hace algún tiempo un tartamudeo ensayado que humaniza su discurso, le despoja de arrogancia y le dota de esos recursos alternativos de los que tratan de ligar sin haber nacido guapos". Pero qué tío más listo. Vean algún ejemplo y tomen nota. "’Yo-yo-ya-ya no entiendo que el se-señor Rajoy’" o 'Lo-lo que más agredecen los mer-mercados es la sinceridad, sí-sí, decir la verdad' (...) al tiempo que baja la cabeza, parpadea con modestia, enarca las cejas y se estira la manga izquierda de la camisa". Y le queda monísimo, oiga, irresistible.
Federico Jiménez Losantos habla hoy de Andalucía, porque "casi un siglo después del trienio bolchevique en Andalucía, la casta política que desde hace 30 años mangonea la región va a intentar el más difícil todavía, Griñán se ha puesto en manos de IU y el resultado es una especie de bolchevismo caro", o sea, un "plan bolchevique pero en señorito".
A La Razón no le gustó nada el debate y se pone soñadora. Dice que Montoro y Rubalcaba parecían políticos y creen que "los ciudadanos" tienen derechos. Pobres. "Los ciudadanos tienen derecho a que el debate más importante del año no sea un pedestre rifirrafe político más, sino una discusión seria y exhaustiva sobre el uso y destino de sus impuestos", dice Marhuenda enfadado. "Han asomado el navajeo partidista, la demagogia populista y la mezquindad autonomista". Despierta, Marhuenda, ha sido lo de siempre, es que hoy te has levantado tiquismiquis.
En ABC, Melchor Miralles le atiza una merecida y acertada colleja a Rajoy por aquello de que no hay dinero. "Sí hay dinero", replica respondón. "Lo que sucede es que buena parte del dinero que sí hay se emplea de modo inadecuado tanto en el ámbito de la Administración central como en el de las 17 comunidades autónomas a las que no se atreve a meter mano". Claro que hay dinero, tronco, pero "cada Gobierno decide en qué y cómo gastarlo, dónde meter la tijera y dónde no" y oye, a todos se les ocurre el mismo sitio, "el bolsillo de los demás, un sacrificio extremo para los de siempre y que afecte menos también a los de siempre", o sea, a ellos. "Y no era eso presidente, no era eso". Bingo, Melchor.
En La Gaceta, Carlos Dávila dice que "si el PSOE tuviera un ápice de dignidad promovería la repetición de las elecciones andaluzas". Pero que grasia tienes, Carlos. También dice el periódico con resignación cristiana que "la sanidad pública sigue sufriendo el tratamiento de choque que el Gobierno necesita aplicarle" y "a este paso, enfermar será un lujo por la excesiva deuda que dejó el PSOE". Ya, ya, que sí, que sí, que PSOE caca, pero como dice el sabio Miralles, a ver si la tijerita se dirige también a otros, que ya nos están tocando las narices.