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Absuelven a un español encarcelado en Italia por narcotráfico

El Tribunal de Apelación de Nápoles lo absolvió tras más de un año en la cárcel. Había sido condenado en primera instancia a una pena de 14 años.

La jueza encargada del caso en su veredicto decidió la excarcelación de Óscar Sánchez al considerar que no cometió los hechos que se le imputaban.

El veredicto llegó después de examinar los resultados de las últimas pruebas de foniatría encargadas a expertos designados por la propia juez para esclarecer si la voz de Sánchez y la que aparece en unas grabaciones aportadas como prueba por la acusación se correspondían. Las dos pruebas periciales presentadas coincidieron en que no se trataba de la misma voz.

Uno de los peritos, Luciano Romito, compareció durante la vista y explicó que se había hecho un análisis lingüístico en el que se determinó que el español que se oía en las pruebas era diferentes, pues uno era propio de España y el otro de Latinoamérica.

También los peritos compararon el conocimiento de italiano y se estableció que Sánchez no tenía el mismo grado de idioma que se notaba en las conversaciones interceptadas y que sirvieron como prueba para la acusación en primer grado. A raíz de estas conclusiones también la Fiscalía pidió la absolución del español.

Sánchez, vestido con unos vaqueros y una chaqueta azul, estuvo presente durante la audiencia en el interior de la zona para los detenidos, una especie de jaula -la llamada pecera- y exhibió una sonrisa al entrar en la misma, acercándose a la zona más próxima a sus familiares para poder saludarles desde la distancia.

Ahora el español ha quedado en libertad y después de pasar por la cárcel a recoger sus pertenencias intentará volver a España hoy mismo.

Su defensa ha mantenido siempre que, de acuerdo con las investigaciones de la Policía española, Sánchez, un lavacoches de la localidad barcelonesa de Montgat (España), fue víctima de una suplantación de identidad por parte del mafioso uruguayo Marcelo Roberto Marín, detenido en España por orden del juzgado de instrucción de Telde, en la isla de Gran Canaria.

Sánchez fue entregado a Italia a mediados de 2010 por la Audiencia Nacional a requerimiento de las autoridades italianas y fue juzgado en mayo de 2011 en Nápoles.

El español fue condenado en primera instancia por el Tribunal de Nápoles a 14 años de cárcel al ser considerado como el jefe de una banda de traficantes de cocaína entre España e Italia, al parecer a raíz de esa confusión de identidades, según las autoridades españolas.

El español, sin embargo, quedó absuelto en un segundo juicio en el que se le acusaba de asociación mafiosa por un defecto de forma en el proceso, ya que éste se había celebrado sin la autorización de la Audiencia Nacional, como era preceptivo.

En julio de 2011 la Fiscalía General del Estado español envió a Italia un listado de indicios que exculpaban a Sánchez del delito de narcotráfico y pedía su libertad provisional, que le fue denegada.

Entre las pruebas presentadas para exculpar a Sánchez figuraban el hecho de que el supuesto suplantador de Sánchez, Marcelo Roberto Marín, se había registrado en el hotel Jolly Midas de Roma con el documento de identidad del lavacoches español, que en ese momento se encontraba en Montgat.

La defensa aseguró además que la jefa del servicio de lavacoches en el que trabajaba Sánchez podía certificar que éste nunca se movió de allí los días en los que las autoridades italianas afirmaban que se encontraba en Roma y Nápoles traficando con drogas.

En un primer momento, Sánchez aseguró además que había denunciado la pérdida de su documento de identidad, que había sido utilizado supuestamente por su suplantador, aunque después se supo que lo había entregado a una conocida creyendo que era para ayudar a una serie de gestiones a un indocumentado.

Otras pruebas fueron recopiladas por la Dirección Antimafia de Nápoles, que reabrió el caso tras recibir noticias de que el lavacoches había sido supuestamente suplantado por el mafioso Marcelo Roberto Marín.

Durante su estancia en la cárcel, Sánchez denunció haber sido objeto de vejaciones por parte de los seis presos con los que compartía celda, quienes lo quemaron con cigarrillos, lo golpearon y lo extorsionaron, según informaron a EFE fuentes diplomáticas.

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