Tenebroso aviso a Celia Villalobos en ‘ABC’: "Debería andarse con ojo"

El Mundo conserva intacta la capacidad de escandalizarse. "El Tribunal catalán se niega a aplicar la sentencia del Supremo sobre el español". Pues vaya novedad, dirán. Pues a Pedro J. le da en la nariz que el TSJC "se ha burlado" del Supremo. Es más, se huele que "el TSJ catalán ha claudicado a las pretensiones políticas". También a Federico Jiménez Losantos algo le huele a podrido. "Ante el Tribunal Supremo se humillan las leyes y, lo más importante, los jueces. El TSJC ha desautorizado al propio TSJC que hace poco ordenó el cumplimiento de las sentencias del Supremo para que sea también una lengua vehicular en la enseñanza".

Victoria Prego analiza el debate sobre la reforma laboral ayer en el Congreso y regaña a Rosa Díez. "Los enfrentamientos parlamentarios" de Soraya Rodríguez y Fátima Báñez "de ningún modo descendieron a la categoría de reyerta con que la diputada de UPyD calificó el cruce de reproches y acusaciones". También Soraya se lleva un capón. "Debería ser más obediente a las indicaciones del presidente del Congreso".

La Gaceta clama al cielo con la sentencia del TSJC. "En Washington se habla español y en Cataluña lo tiene que decidir un juez", cómo es la vida. Como Pilatos, "el TSJC se lava las manos" porque "es muy complicado cambiar el actual statu quo lingüístico" en Cataluña y quita, quita, a mí déjame de complicaciones, así que ha tenido que hacer "encaje de bolillos", pero le ha salido una chapuza llena de agujeros y el "tema de la lengua sigue siendo un problema". Vamos, que tanto pa na.

El País lo que ve es "un nuevo aval judicial a la escuela en catalán" y que el TSJC "salva la inmersión" contra "tres familias", caprichosillas ellas, "que exigieron castellano". La Vanguardia, como un hermano gemelo: "Los jueces avalan otra vez la inmersión en catalán".

El periódico de Prisa le da mucha más bola en portada a la reforma laboral. "Rajoy saca la reforma laboral más dura con el apoyo táctico de CiU", que parece que les escuece. Y debe ser dura durísima, porque repite titular en interior –"la dura reforma laboral del PP"- y machaca Fernando Garea al inicio de su información. "La dura reforma laboral de Mariano Rajoy...". Más sensible que Victoria Prego, vio un debate "crispado, subido de tono, plagado de interrupciones e insultos". Y advierte a Rajoy que corra y coja el teléfono porque "si una llamada de última hora" a Toxo y Méndez "no lo evita" habrá huelga general. "La liturgia preparada para hoy no deja lugar a dudas". Ay, hijo, parece un rito satánico.

En ABC, Jesús Lillo advierte a Celia Villalobos a cuenta de la furia desatada del diputado de Amaiur Sabino Cuadra ayer en el Congreso. "Debería andarse con ojo y con tacto Celia Villalobos cuando está de encargada en el Congreso y, como vicepresidenta primera, se ponga a cronometrar las intervenciones de los diputados de Amaiur, gente muy sensible y, además, nueva en unas rutinas y formalidades democráticas que todavía le vienen grandes". Uf, Celia, no se a tí, pero a mí me han entrado sudores fríos.

Juan Fernández-Miranda deja caer que Rosa Díez le cae gorda y la pone a caer de un burro. Pero ¿por qué?, se preguntarán. Pues básicamente por existir. "Sabe Rosa Díez surfear las olas populares, convertir en cosa parlamentaria la queja de la barra del bar", o sea esas gilipolleces con las que se cabrea el populacho. "Lo hace a sabiendas de que sus propuestas morirán en el hemiciclo", ese sitio tan serio que es donde saben de verdad, "pero crecerán en el debate de caña y pincho de tortilla", que es donde se expresa esa chusma de la calle que no sabe de lo que habla. "Sugerir que los diputados trabajan poco y ganan mucho y que son unos privilegiados es un mensaje que cala bien, pero se seca pronto", que el vulgo enseguida se cansa de quejarse y se pone a jugar al mus. "A sus diputados les gusta pisar el callo a los que mandan, señalar sus privilegios, incluso algunos predican con el ejemplo y renuncian a sus dietas", serán idiotas. Y encima va la tía y "mezcla zurdos y diestros, cuasisocialdemócratas y pseudoliberales, hombre y mujeres, escritores, funcionarios, profesores, periodistas y hasta actores". Hay que ser más selecto, hombre, a quién se le ocurre ensuciar el Parlamento con estos mindundis.

También La Razón la tiene tomada con Rosa Díez. "UPyD está empezando ya a pagar su oportunismo, su populismo barato y su obsesión cada día más pertinaz por buscar el aplauso fácil. Esa forma de entender la política no solo es alicorta: tiene los días contados", dice Alfonso Merlos. Cuánta inquina, por Dios. Y en el PSOE, tan contentitos.