ABC aporta "la prueba que hunde a Griñán". Se trata de una grabación en la que la presidenta de una empresa pública andaluza cuenta "trapicheos" con dinero público y dice que "todos los que están por encima de mi saben lo que hay". "Tantos años de poder absoluto en la Junta han generado una sensación de impunidad en los más altos niveles (...) Así no se puede seguir", dice ABC pesaroso. Que venga ya el PP a poner orden.
En El Mundo, cuenta Victoria Prego que los mediadores internacionales que llamó Zapatero para lo de ETA están hechos polvo porque Rajoy no les hace ni puñetero caso. "Presionan por tierra, mar y aire para que les reciba" pero lo llevan claro, porque "ni les va a recibir ni les va a mandar ningún recado. En su más puro estilo de comportamiento, Rajoy no ha dicho nada. Nada de nada". Uf, pues todavía no lo conocen. Presionar a Rajoy. Que pregunten por ahí.
Federico Jiménez Losantos habla del tren del 11-M sobre el que Torres-Dulce ha abierto una investigación. "Ese vagón se ocultó a los peritos científicos; y lo ocultó a la Policía que debía ayudar al juez Gómez Bermúdez cuando ordenó aclarar lo que la instrucción había ocultado. Existía un foco completo de explosión para la identificación del explosivo, el juez y la policía lo sabían y callaron", denuncia.
A El País le ha sentado como un tiro que se abra una investigación sobre el 11-M, qué manía, por Dios, qué más les dará. Va por el tercer día consecutivo atizando a diestro y siniestro por el asunto. "El fiscal rechazó hace dos meses investigar los trenes del 11-M", dice. Bueno ¿y qué?, se preguntarán. Pues es que "ahora, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, aduce que se ha encontrado un vagón para reabrir la investigación". ¡Un simple vagón! Y por esa bagatela va el fiscal y dice que se mire a ver qué hay. "La teoría de los que fomentan distintos bulos sobre el 11-M para atribuir la masacre a policías, guardias civiles, CNI (...) considera que se ordenó un rápido desguace de los trenes para eliminar pruebas que acreditasen sus teorías conspirativas". Ay, los conspiranoicos, ya están aquí otra vez.
La Gaceta también habla del 11-M en su vertiente juez Coro Cillán. "Denuncian amenazas para que Cillán deje de investigar el 11-M". Dice el periódico de Intereconomía que ha recibido "amenazas anónimas" y "no aguanta más y ha tomado la decisión de tirar la toalla". La juez ha sido sometida a "una operación de acoso y derribo que le está desestabilizando profesional y personalmente" y "el miedo se ha apoderado de su constante diaria". Caray. Parece una peli de Antena 3.
La Razón se apunta a hacerle un roto al PSOE en Andalucía con la corrupción. "El Partido Socialista se ha quedado sin discurso. Le ha estallado. No hay munición para hacerla detonar en los atriles, en el puerta a puerta". Mientras, César Vidal habla del PSOE de Madrid y se regodea de la "sonora tanda de sopapos dialécticos" que propinó Esperanza Aguirre a la socialista Maru Menénez la semana pasada. Siente César "una cierta piedad hacia la gente del PSOE" en la Asamblea de Madrid. Se le nota. "Vez tras vez contemplo a la gente de la izquierda levantarse aspirando a cumplir dignamente con el papel de sparrings de Esperanza Aguirre y, vez tras vez, asisto al triste espectáculo de ver cómo quedan planchados". Y se le saltan las lagrimitas.
Y les cuento lo que hay por lo que queda de Público, que si no lo hago yo a ver quién lo va a hacer. En mi vistazo diario veo que hay un superviviente -y cuando digo un, digo un-, Arturo González. Está cabreado. Dice que "estaba pensando en hacerme de derechas porque en esto de los medios de comunicación tal como están las cosas si no eres de derecha ya no trabajas, pero he llegado a la conclusión de que no me da la gana (...) Hay que ser de izquierda rabiosa, aunque te quedes en paro". Y solo. Muy solo.