Esta semana para mi desgracia lo he pasado en cama y me he calado todos esos "buenos programas" mañaneros, me cale los 2 últimos programas de Espejo Público, les falta, lo siento pero toda la admiración que sentía por Susana se me vino a los pies, no se cuando nuestros periodistas comprenderán que tiene que ser imparciales y objetivos. Y ayer cuando se puso al teléfono el hijo mayor de Ruíz Mateos, el periodista se convirtió en el juez, lo juzgó, y sin derecho a defensa lo condenó, que grosería, que falta de profesionalidad, pero bueno ellos saben que estos aquelarres son los que venden. En este país, tu país, mi país, ya nada me asombra, los expedientes judiciales salen de los juzgados como cualquier pasquín, se viola el secreto del sumario y no pasa nada, se somete al escarnio público a todo aquel que se quiera someter (.... no a todos......) y después de haberse machacado y destrozado a esa persona y a toda su familia, no se le devuelve la fama ni la honra. Todo queda así como si no hubiese pasado nada, todo vale en este país.
Pués tampoco estuvo ducha y efectiva y la griso, aunque buena si que está la señora o señorita -no lo sé-. Al final tampoco estuvo a la altura la presentadora e includo le faltó un poco de educación e integridad.
Para puñetas la de los jueces que son los que al fín y al cabo determinaran lo que pasó, pasa y pasará en relación a este tema de los Ruiz-Mateos.
Una cosa si dijo y dejó clara el patriarca de las Rumasas: Que pagará todo lo que se debe. Y eso ya es algo y mucho. Que no me parece un hombre de poca palabra ese Sr. Dios quiera que no me equivoque para el bien de muchos...
Por favor, si se critican las faltas de ortografía en la carta de Ruíz Mateos (yo solamente he encontrado 2, un "tú" escrito sin acento y el "si no" en vez de sino) por lo menos hay que procurar no cometer ninguna en el artículo, y menos cuando se escribe literalmente el texto de la carta.
En la carta está bien escrito mereces, no "mreces (sic)" como aparece escrito en el artículo.
A ver si aprendemos a leer.
El único objetivo de la entrevista era amenazar con contar lo que sabe.