El País está muy preocupado porque "la guerra en el PSOE andaluz estalla a 42 días de las elecciones" y está en un estado de "descomposición absoluto". Alarmados, dicen que "el último gran fortín" del PSOE "se tambalea". "Andalucía sitúa a los socialistas en el precipicio y pone en bandeja a Arenas no solo la victoria, sino la perspectiva de un gobierno con una oposición debilitada por sus propios desencuentros internos".
También Público está desolado. "¿Sabes esas sectas en las que quedan todos un día en un sitio y se suicidan a la vez? Pues eso parecemos" dice que dicen los socialistas sobre sí mismos en plena depre total. Explica Antonio Avedaño que los socialistas estaban supercontentos porque creían que al estar tan cerca las elecciones andaluzas del congreso que eligió a Rubalcaba "tendrían que hacer las listas a toda prisa y prácticamente no iban a tener tiempo de matarse. Pues bien, se equivocaban: sí que han tenido tiempo de matarse". Y es que según la "tradición cainita" en el PSOE sevillano, "lo único que discuten es cada cuánto tiempo exactamente deciden liquidarse unos a otros". Arenas no se lo puede creer, ¡pero qué potra, caramba! "Ni siquiera la viva imaginación de Arenas se habría atrevido a soñar un escenario tan diabólicamente favorable".
En La Razón han hecho cuentas de lo que costará la huelga general que "los sindicatos no se han atrevido de momento a convocar" pero todo se andará. 7.688 millones de euros. Dice Carmen Gurruchaga que los sindicatos "mudos" con Zapatero, "han decidido empezar a hacer ruido" porque ahora, ¡yupii! gobierna el PP y "ha llegado el momento de fastidiar".
También en La Gaceta Carlos Dávila afila cuchillos con los sindicatos. "Este país se las va a tener muy tiesas con estos residuos del novecientos, que se van de crucero mientras los demás no llegan a fin de mes. Lo que hay que hacer es movilizarse, pero contra ellos". Esther Jaén está agorera y advierte a Rajoy. "Ha hecho esta reforma porque sabe que tiene el apoyo del electorado, al PSOE en coma y a los sindicatos en estado crítico. Pero esa bula no durará eternamente. Especialmente si no se notan pronto los efectos de su amarga medicina".
En El Mundo, Carlos Cuesta ofrece dos posibilidades con la reforma laboral. "Quien decida seguir el llamamiento de los sindicatos se convertirá en complice, consciente o inconsciente, del bloqueo a un plan de reformas", pero quien decida "dar una oportunidad a un cambio (...) estará dando un ejemplo de verdera solidaridad". A ver quién es el guapo que apunta a lo primero.
Jiménez Losantos habla sobre el 11-M tras el archivo de la causa contra Sánchez Manzano. "Todo reposa en la corrupción de la legalidad. Por eso, la clave del cambio de régimen sigue siendo el 11-M. Por azares del destino, el que en el PP antes vio y abrazó el cambio de régimen es hoy quien debería destruirlo: Gallardón, con Mariano Rajoy por arriba y Torres Dulce por debajo. El primer golpe del 11-M fue la manipulación de la masacre. El segundo, la sentencia. El tercero, impedir mediante una fechoría judicial que se juzgue a Manzano y los implicados en la manipulación de las pruebas, base del golpe primero. Si Gallardón no desbarata el tercer golpe, rectificaré: ha triunfado el primero".
ABC se rompe la sesera y analiza cómo le va al PP y cómo le va al PSOE. No hay color, en el PSOE, la "debacle electoral que anticipan las encuestas ha convertido al PSOE de Andalucía en una organización desquiciada". Tan atribulados están que "nadie habla de ideas ni de proyectos", cuando todo el mundo sabe que es de lo que más se habla en todos los partidos políticos, "sino únicamente del reparto de cuotas internas de poder". Mientras, el PP es un modelo de virtudes, "una formación política sólida y coherente", un partido "que comparte los objetivos y los medios de un plan regeneracionista guiado por principios firmes, o por intereses o temores". Y todo esto no tiene nadita que ver con ganar o perder las elecciones, que va. Isabel San Sebastián advierte al PP de que si quiere que dure este jardín de rosas ya puede ir espabilando y meter mano a la televisión pública. "Nunca se había visto que los vencedores absolutos de unas elecciones cedieran el botín de la televisión a los perdedores (...) La que crea opinión y mueve votos es RTVE. Se puede ganar sin su apoyo (...) pero gobernar con ella en contra es una forma casi segura de perder la siguiente vez". Así que a ver si dejamos de hacer el primo, viene a decir.