Al margen de la foto, la prensa cuenta cómo vino ayer Rajoy a amargarnos el día, el mes y el año entero, de momento. Dice El Mundo que nos contó "con crudeza" la realidad dibujando un "panorama desolador". Como sería la cosa que dice Pedro J. que "hasta para pedir tiempo utilizó un tono dramático". Comparado con Zapatero es "una suerte de ducha escocesa", pero "quizá un término medio fuera lo más adecuado". Eso, caramba, que no nos llega la camisa al cuello. Victoria Prego, sin embargo, no vio tanta dramatización. "Leyó con tono frío e implacable, casi cortante y a paso ligero". ¿Pues no parece la descripción de un asesino en serie?
El País vio a Rajoy "cómodo con su nuevo traje de gobernante". Normal, llevaba años probándoselo. "Irónico a veces, condescendiente, dando lecciones a todos de sentido común y realismo". Mientras, Rubalcaba "avanza una oposición responsable" y Rajoy "no debería" estropeársela abusando "de las invocaciones a la herencia recibida", que ya se está poniendo pesadito. Y menos verdades aterradoras, córcholis, que "es cierto que decir la verdad constituye un valor, pero no tiene virtudes curativas". Las galletas se las lleva hoy el ministro de Educación, José Ignacio Wert, antiguo colaborador de El País. "El sociólogo crítico y centrista se está transformando en un ministro más papista que el Papa". Catapum.
La Razón alaba las "verdades de Rajoy". Así fue el debate de ayer. "Rajoy lastra el debut de Rubalcaba con un recordatorio de su legado" y "Santamaría deja K.O. a Alonso". Y Rubalcaba que se esté calladito, que "son tantos los errores, corruptelas y chapuzas que ha acumulado el PSOE que le convendría a su nuevo secretario más pedagogía, que la tiene, y menos demagogia, que le sobra".
En ABC también se han quedado de piedra con el terrorífico relato de Rajoy. "Su compromiso de decir la verdad ha pasado de ser un eslogan electoral a una directriz de su política". Rubalcaba no pasó la prueba. Hizo un "discurso de bajo vuelo", "el socialismo moderado dio paso a un PSOE con muchas ganas de guerrilla parlamentaria" y Rubalcaba "estaba bajo de forma" y "se enredaba en críticas inconexas".
A La Gaceta también le parece de perlas que Rajoy nos deje con la moral por los suelos. "Dio un repaso a la sombría situación económica (...) Trazó un durísimo panorama (...) No se arredró a la hora de dar malas noticias (...) en un día oscuro, como las previsiones de la economía española (...) los nubarrones se mantienen". En resumen, "un panorama tenebroso en el que hay una nota positiva: la verdad". Jo, con la verdad y la verdad. ¿Y una mentirijilla de vez en cuando? Es un pecado venial. Por cierto que La Gaceta aporta hoy una palabra nueva al matrimonio. El "gaynomio", mira qué ingeniosos.
Público está aún más pesimista que Rajoy, y ya es difícil. "2012, año perdido". "Él, que siempre ha hablado de lo importante que es generar esperanza, cortó de raíz las expectativas de muchos de los que le votaron". Marco Schwartz le echa la bronca y con razón. Rajoy "se comprometió a devolver la ‘felicidad a los españoles’ apenas llegase a la Moncloa. Transcurridos 50 días de su toma de posesión, el paraíso no llega". Eso, eso, yo quiero mi parte de felicidad y la quiero ya.