En El Mundo, por ejemplo, le dan al ciclista de Pinto el mayor protagonismo gráfico mientras que al artista le reservan la franja superior, con imagen de su famoso y polémico supercalcetín de 18 metros de altura que se diseñó para no recuerdo qué templo del arte catalán.
Pero lo más original del periódico de Unidad Editorial, y de lo más interesante de la prensa del día, es una encuesta que se ha realizado entre parados españoles y que nos revela algunos datos reveladores. Por ejemplo, que un 65% de los parados aceptaría un contrato con 20 días de despido... o lo que es lo mismo y todavía más llamativo: que un 35% no lo aceptaría. Hay otro dato que todavía me gusta más, aunque llamativamente el periódico de Pedro J. no lo lleva a portada: el 83% de los parados no se siente representado por los sindicatos. El porcentaje es demoledor pero... ¿qué le pasa al otro 17%? ¿A qué esperan para darse cuenta?
Dos artículos de opinión merecen hoy el rango de lectura imprescindible: el de Gistau sobre Chesús Yuste (el ignorante del Cha que comparó los toros y Auschwitz); y el de Salvador Sostres, que nos propone un escenario político radicalmente diferente y que sería el propio de "un país normal". Y es que según el columnista catalán, en "un país normal Rajoy sería el tope de lo que cabría entender por socialdemocracia y más a la izquierda quedaría sólo el erial de los partidos marginales y extraparlamentarios". ¿Les parece fuerte? Pues sigo: "Rajoy sería el candidato laborista, el candidato del Partido Demócrata. Y Esperanza Aguirre sería la liberal conservadora, la tory, la candidata del Partido Republicano". Da fuerte Sostres, que nos habla de "un problema de España y de los españoles. Es un tema de pasado o de futuro, de estancamiento o de esperanza. (...) Se trata de la nota que damos como sociedad, de dónde ponemos el listón". Porque, en definitiva, "en un país normal el PSOE sería el partido de cuatro nostálgicos jubilados". Eso sí: "La culpa no es del PSOE, sino de los siete millones de españoles que todavía votan atraso y cadáver".
El País habla también de una reforma laboral que "abre fisuras en el Gobierno", aunque para fisura la que se ve entre el propio periódico y el flamante secretario general del PSOE a la hora de explicar la encuesta del CIS: señaló Rubalcaba el camino recordando que es la primera vez que el Gobierno recién elegido pierde fuelle electoral a las primeras de cambio, y van en el periódico de Prisa... ¡y ni lo comentan! Así no vamos a ninguna parte, oiga.
Y puestos a estar algo díscolos publican en el que fuera diario independiente de la mañana un más que demoledor artículo sobre el 38 Congreso del PSOE, en el que literalmente dice que "el Partido Socialista ha evitado el suicidio por los pelos". No es que el autor esté muy entusiasmado con Rubalcaba, pero es que Chacón "representaba lo peor del zapaterismo: el socialismo trivial y el socialismo tribal". Y no crean que el flamante secretario general se va de rositas del durísimo análisis, ni él ni su campaña: "No hemos alcanzado a oír ni una sola idea en toda la campaña (...) nos ha parecido que la disputa, la campaña, la elección, iba sobre quién controlará los empleos y los sueldos del partido". Pues no podemos decir que esté muy equivocado.
En ABC reproducen una portada que o está pintada por Tàpies o por un niño de cuatro años, y siendo el día que es nos inclinamos por la primera opción. En páginas interiores, no caben de gozo por los resultados de la encuesta del CIS, que "concede a Mariano Rajoy unos excelentes resultados". Hombre, excelentes lo que se dice excelentes...
Entre las columnas destaca la que Tertsch dedica al congreso socialista y lo define como "una mera lucha entre dos facciones de un partido político en profunda crisis, fraccionado, con fuga de militantes, quiebra económica, prestigio arruinado, escasísimo poder remanente y pésimos augurios para unas elecciones inminentes". Hermann, te has pasado: ¡casi nos dan pena!
La última joya nos la proporciona José María Barreda, que fue uno de los más firmes apoyos de Chacón y al que la nueva ejecutiva del partido le parece "muy agradable". ¿Agradable? Sí, agradable, como unas cortinas o un ambientador de esos que se pone en los coches. Pues no parece un elogio desmedido, la verdad.
Público, hay que ver qué cosas, sí se cree la explicación rubalcábida del sondeo del CIS, y bien claro que la recuerda su director, Jesús Maraña: "Tras sólo un mes en el Gobierno, el PP ha perdido casi dos puntos del respaldo electoral que obtuvo el 20N", dice recordando que "no es algo frecuente". Aunque, claro, "tampoco es habitual prometer durante años una bajada de impuestos y subir el IRPF al cuarto de hora de habitar la Moncloa".
Por cierto, no se pierdan el delicioso artículo de Luna Miguel, una de nuestras columnistas preferidas del periódico de Roures y que, por cierto, nos dicen que despierta entre sus compañeros de cabecera un entusiasmo perfectamente descriptible. Pues bien, como les decía la señorita Miguel logra en el mismo artículo decir que tiene 21 años y que "mis órganos, mi mente y mi ánimo se sienten de nuevo como en 1990, o peor, como en 1975, o peor como en 1940". ¿Y cómo se sentía en 1940 alguien que tiene 21 años en 2012? Para que luego estén en contra de los milagros y los misterios.
La Razón dedica su portada a Patxi López y sus ayudas a las "víctimas" de la Policía, con una foto enorme de Tàpies y una de sus obras y otra mucho más pequeña de Contador, tema sobre el que llega a editorializar: "Demostró que era el mejor, que podía subir las peores cumbres sin más fuerzas que las propias de su coraje. Pero el tribunal que ignoró su alegato también ha cerrado los ojos al esfuerzo demostrado".
En La Gaceta, por último, hacen en portada su particular homenaje a Tàpies, y no me refiero a la pequeña foto del artista en la parte superior, sino a la gran foto de Josu Ternera, cuyo rostro (espejo sin duda de su alma) tiene esos rasgos en los que es fácil encontrar resonancias de la obra abstracta del catalán. La noticia, chistes aparte, no tiene ni pizca de gracia: "Las víctimas exigen a la Fiscalía que detenga al asesino Ternera".
Contador es también protagonista de la primera plana y, cómo no, del editorial: "No es inocente, pero ¿es culpable?", se pregunta en un artículo con el que se abre la sección de deportes y que contiene algunos argumentos de peso: "El caso resulta kafkiano y no resiste un análisis jurídico riguroso. Porque si hay un principio básico en la Justicia es que alguien es inocente mientras no se demuestre lo contrario". Parece ser que la justicia deportiva tiene, efectivamente, más de lo segundo que de lo primero.