La Catedral de Ávila acoge una reliquia del beato Juan Pablo II, un trozo del hábito que portaba el 13 de mayo de 1981, cuando sufrió un grave atentado, según se ha desvelado en la ceremonia con la que se la ha recibido, ya que hasta ese momento era desconocida. De este modo, según ha dicho el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, el expontífice "se hace presente en la diócesis abulense".
El prelado ha hecho alusión al interés mostrado por Juan Pablo II por los místicos abulenses, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, a los que había estudiado desde los 18 años y de lo que dio fe en su visita a Ávila en 1982, un año después de aquel atentado a manos del turco Ali Agca en la plaza de San Pedro.
La reliquia quedará de forma permanente en la Catedral abulense en la capilla de la Virgen de la Blanca, junto a Santa Teresa y a la Virgen de la Caridad, "al saber del cariño de Juan Pablo II por ella". Así lo ha tenido en cuenta el obispo y el Cabildo Catedralicio para ubicarla en este lugar.
La directora del Secretario Diocesano de la Pastoral de la Salud de Ávila, Marisol Carpintero, devota de Juan Pablo II y que ha sido la promotora de la llegada de la reliquia, explicó antes de la ceremonia que la "fuerte relación del expontífice" con los místicos sirvió para esta concesión.
La presencia en Ávila en mayo de 2011, con motivo de la Pascua Diocesana del Enfermo, de monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II, fue decisiva para que la reliquia llegase a Ávila. Asegura que "no hubo petición", sino que Oder "se dio cuenta del amor que a Juan Pablo II se le profesa en Ávila".