El juzgado número 1 de Figueras (Gerona) investiga la denuncia de tres turistas madrileños que, mientras pasaban unos días de vacaciones en un hotel de Rosas, descubrieron una cámara escondida y en funcionamiento en la rejilla de ventilación de la ducha de su habitación.
Las víctimas solicitan penas de cárcel y una indemnización de 60.000 euros por daños morales, ya que uno de los afectados -la única mujer- se ha obsesionado con la posibilidad de que se hayan colgado vídeos suyos en internet, por lo que sigue tratamiento psicológico, según fuentes de la investigación.
Los hechos tuvieron lugar a mediados de agosto de 2010 en el hotel San Marc de Santa Margarida, en Rosas, a donde acudieron a pasar tres días una pareja y el hermano de uno de ellos.
La chica se duchó por la mañana sin percatarse de nada y fue por la noche cuando, después de cenar, su pareja se duchó y vio en la rejilla de ventilación un bulto cubierto por una cinta aislante que, al sacarla, descubrió una cámara oculta que disponía de un piloto rojo que confirmaba que funcionaba en aquel momento.
Los turistas se pusieron en contacto con los Mossos d'Esquadra que, al llegar, comprobaron que el dispositivo estaba en marcha, según las fuentes. Los agentes averiguaron posteriormente que la cámara se había instalado a mediados de julio por las declaraciones de una de las mujeres de la limpieza, sin que pudiera concretarse la autoría de los hechos.
Los demandantes han solicitado procedimiento penal, que puede representar para el autor del delito una pena de dos años de cárcel y 20.000 euros de indemnización para cada uno de los turistas.
En estos momentos el caso está en fase de instrucción y hasta el momento ha declarado uno de los administradores del grupo al que pertenece el hotel y está previsto que el mes que viene lo hagan también la antigua directora, la gobernanta, el responsable de informática y los recepcionistas.