Alerta económica, sorpresa, inesperado, drástico... así ven los periódicos el ajuste
Como no podía ser de otra forma prensa termina el año monotemática: ajuste, ajuste y más ajuste, con la subida de impuestos para variar.
Pero si las portadas son monotemáticas, los enfoques resultan la mar de variados y cubriendo todo el espectro, desde lo más negro, que es (cómo no) Público: literalmente han teñido de ese color la portada y se han esforzado en ser macabros en los titulares, "Menos derechos, más impuestos", dicen los de Roures sobre el "tijeretazo histórico de Rajoy". La verdad es que lo de los impuestos está claro, pero lo de los derechos se nos escapa un poco, a menos que nos refiramos al derecho a la subvención y el trinque.
En el interior abre fuego, y nunca mejor dicho, el señor Ekaizer, que titula su columna "A quemarropa", en la que habla de "traición abierta y veloz a sus propuestas doctrinarias". Se ve que este hombre va a disfrutar de escribir en 2012, lástima que en 2011 (y 2010, 2009, 2008, 2007...) el listón de la crítica estuviese un poco más, relajado.
En la orilla opuesta, a mil millas cabría decir, está La Razón, que titula a toda página (a todo trapo, diríamos en el argot periodístico): "El Gobierno de la verdad". Hombre, no sé yo si la verdad es hacer lo contrario de lo que decías que ibas a hacer, pero en casa Marhuenda así lo ven.
Lo más chocante, en uno de los subtítulos: "Bienestar social intacto". Curioso concepto bastante difícil de definir pero que, sorprendentemente, no parece relacionado con el empalamiento ierrepeefero que vamos a sufrir; yo, al menos, así estoy la mar de incómodo, mi bienestar queda notablemente resentido.
No muy lejos de La Razón pero un poco más discreto está ABC: "Ajuste drástico ante una situación excepcional". Dicen en la centenaria casa de los Luca de Tena que "el Gobierno decide subir el IRPF y el IBI y adelgazar las administraciones (...) al dispararse el déficit al 8%".
En el editorial califican el plan de "inevitable" y se dice que "se ha procurado que sea justo, solidario y, sobre todo, temporal". En fin, temporal el tiempo lo dirá (perdonen la perogrullada, pero ustedes ya me entienden), y solidario, que es una palabra realmente sobrevalorada, por ser discretos.
También en esa orilla, pero diríase que algo más despegada, está La Gaceta, a la que se da la sensación que han pillado un tanto fuera de juego: "Fuerte e inesperada subida de los impuestos". En el editorial no sólo lo califican de inesperado, sino que le sacan mote: impuestazo. Recuerdan que la subida de impuestos ha sido "en contra de lo que se nos prometió desde el PP" y destaca el brutal gravamen sobre la case media.
Y es que los de Intereconomía no están contentos del todo y demuestran una independencia que muchos no esperarían: "A España le toca apretarse el cinturón y el Gobierno del PP tiene la confianza de una aplastante mayoría de ciudadanos para hacerlo. Sólo le pedimos que lo haga con eficacia, ecuanimidad y un poco más de imaginación".
En El Mundo el cabreo es algo más explícito: "El Gobierno inicia el ajuste con un drástico hachazo fiscal". Hachazo, impuestazo... vamos coleccionando nombres. "Vulnera su promesa electoral", nos recuerda, "con fuertes subidas del IRPF, del IBI y del impuesto sobre el ahorro".
En su editorial hay advertencias claras: "[El recorte] sólo terminará teniendo justificación si se enmarca dentro de un gran proyecto de reforma del Estado", dice, para insistir poco más adelante: "(...) una radica remodelación del Estado del Bienestar, revisando si hace falta el gasto en Sanidad, Educación, desempleo o dependencia.
Vamos, que recordando la famosa escena de los Monty Python: ha dicho Jehová y tres o cuatro veces.
Dejamos para el final al más divertido, El País, que resulta que se ha enterado hoy de cómo está el patio: "España entra en alerta económica", a ver si hasta ayer a las 14:30 estábamos atando los perros con longanizas y yo sin enterarme. "Rajoy aprueba un ajuste histórico y una subida general de impuestos" remata en un antetítulo que, él sí, dice algo.
Su editorial habla de "ajuste inquietante" ya desde el título, y en su texto aprovecha para meter un poco el dedo en el ojo: "Rajoy prometió llamar al pan, pan y al vino, vino. Sin embargo, a la primera oportunidad, su Gobierno ha venido a hacer buenas las acusaciones del candidato Rubalcaba en el sentido de que los populares planeaban un drástico ajuste que se negaba a desvelar".
Nada hay de falso en el párrafo, pero no estaría mal recordar también un par de cosas: que el "candidato" además ha sido vicepresidente en el Gobierno que se ha dejado el pufo; y que en el improbable caso de que hubiese ganado... no le quedaría más remedio que hacer lo mismo.
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