Rajoy y Zapatero, de cañas

El presidente en funciones y el presidente electo mantienen unas muy cordiales relaciones y comparten gustos y aficiones, entre ellas la de la cerveza, tal como se pudo comprobar el martes en su distendido encuentro del Día de la Constitución. Ambos se dejaron fotografiar con unas copas de cerveza en la mesa en lo que se interpretó como un ejemplo de traspaso de poderes modélico. Otra lectura es la del guiño a Angela Merkel y a los productores de cerveza, la bebida nacional alemana. De momento, la imagen no ha sido utilizada por la prensa internacional, pero en las redes sociales se comenta el potencial una fotografía tan amigable, con un par de cañas de por medio, en un contexto de crisis e incertidumbres sobre el futuro inmediato. También ha puesto de relieve el ocaso en España de la costumbre de beber vino en los actos oficiales, pese a que un vino blanco es una opción en alza en las recepciones institucionales en países como Alemania, Inglaterra o los Estados Unidos.

En clave interna pesa más la cordialidad que se desprende de la instantánea, la naturalidad y tranquilidad con la que Rajoy espera su turno y la sensación de alivio de Zapatero, a quien Bono ya ha subido a unos altares de los que no parece que le vaya a bajar el PP, pese al amplio rechazo de la figura del todavía presidente en funciones en las encuestas y de su propio partido en las urnas. No obstante, todavía no se han descrito las auténticas dimensiones del agujero de la administración Zapatero, que Rajoy parece dar por amortizadas a sus efectos, pero que inquietan al equipo de Soraya que pilota el tránsito.