Estupor en el Vaticano por el espectáculo dado por la camarilla de Sistach en Roma
El Vaticano acogió una exposición de Gaudí. El responsable, sacerdote íntimo de Sistach, ocultó la fe del artista y se irritó con los que preparan su beatificación.
Lo que ocurre en la Iglesia en Cataluña es un cúmulo de despropósitos y la realidad de los datos deja muy a las claras que hace tiempo que esta región dejó de ser católica. La secularización ha incidido de manera especial en esta región sembrada por un nacionalismo que ha impregnado sobremanera a la propia Iglesia. Y la propia jerarquía de estas diócesis ha tenido una importante responsabilidad en ello. El ejemplo de Barcelona es claro y lo que allí ocurre no se entiende si no se contextualiza con la ralea que conforma la cúspide de la Iglesia en Barcelona.
El sector nacional-progresista sabe que tanto a Sistach como a ellos mismos le quedan los días contados y ya no disimulan ni lo que son ni de dónde vienen. Lo ocurrido esta semana en Roma pone muy de manifiesto lo que allí ocurre. Antonio Gaudí es uno de los mayores orgullos de la Iglesia en Barcelona no sólo por su obra arquitectónica sino también por su vida de fe. De hecho, está en proceso de beatificación y falta un milagro para que se consume. Sistach sabe que al Papa le impresionó sobremanera la Sagrada Familia y ahora en el Vaticano se ha presentado una exposición sobre el ilustre artista catalán.
Hasta aquí todo perfecto. El problema vino a raíz de quien organizó toda la exposición. Su director no es otro que el amigo íntimo de Sistach y acumulador de cargos de responsabilidad en la Diócesis de Barcelona, el sacerdote Antoni Matabosch. Este ferviente nacionalista, y que sólo en Roma viste con alzacuellos, ha protagonizado el último escándalo de la era Sistach.
Matasbosch ha presidido esta exposición organizada por la Diócesis junto al expresidente del Parlamento catalán, el convergente Joan Rigol. Y fue en Roma donde ha dejado en muy mal lugar, primero a su amigo Sistach, y después a toda la Iglesia barcelonesa. Según han informado desde Germinans, el grupo perseguido y denunciado por Sistach por denunciar las tropelías realizadas, a Libertad Digital, mientras el cardenal va pidiendo un milagro para beatificar a Gaudí, su colega le va haciendo la cama.
(El cardenal, junto a Matabosch, primero por la derecha, y Rigol, entre ambos)
La historia es la siguiente: el sacerdote Matabosch ha eliminado cualquier mención religiosa de Gaudí y de su obra. Sólo ha llegado al Vaticano sus trabajos. Y lo ha hecho de manera deliberada. Es más, se enfadó enormemente cuando se le recordó la beatificación del genio catalán.
"Siguiendo mi criterio hemos excluido de la exposición cualquier referencia a una hipotética beatificación de Gaudí, que no interesa", dijo el sacerdote amigo de Sistach. Así fue. En ella no se pudo ver nada que hablara de la vida cristiana de Gaudí. Además, atacó a los favorables a esta beatificación y añadió que "intentan utilizar la exposición como plataforma para hacer avanzar y dar a conocer el proceso de beatificación de Gaudí. Es muy lamentable, como lo ha sido que en la rueda de prensa el Arzobispo de Barcelona sugiriera a los enfermos que encomendaran su curación a Gaudí, pidiendo un milagro".
De este modo, Josep María Tarragona desvela que este importante miembro de la jerarquía barcelonesa estaba muy irritado porque en los medios de comunicación se hablase de la santidad de Gaudí. "No queremos la beatificación de Gaudí. Éste es mi criterio y no me convencerán de lo contrario", sentenció ante una sorprendida audiencia.
La actitud de este sacerdote influyente y a la sazón director de la exposición causó sorpresa, estupor e indignación en el Vaticano, en los miembros de la curia diocesana y en los fieles allí presentes, que se preguntaban cómo podía boicotearse la beatificación de Gaudí desde la misma diócesis de la que procede el proceso. "Es alucinante", afirmaba un periodista. Otros, atónitos no llegaban a entender como se obvió totalmente el aspecto religioso del arquitecto en el Vaticano justo cuando allí se está llevando el proceso sobre su santidad.
Las perlas de Matabosch
Antoni Matabosch es uno de los hombres fuertes y más cercanos al cardenal. Además, hace y deshace a su antojo. Pero su salida de pata en Roma no es un caso aislado sino que suele hacer públicas muy a menudo sus opiniones personales.
Es de hecho uno de los mayores representantes del nacional-progresismo que han hundido a la Diócesis. A modo de ejemplo valen sus palabras en una conferencia impartida en 2009 en la que dejaba muy a las claras sus intenciones. "En Cataluña, la Iglesia será catalana o no será", dijo sin ningún problema.
Palabras como "nación", "iglesia nacional" o "realidad nacional" son comunes en el discurso de este cura nacionalista que también ve como el final de su amigo Sistach será también el suyo.
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