Con un discurso improvisado, Leonard Cohen ha agradecido el "honor" de recibir el premio. Con humildad, ha dicho que es difícil recoger un galardón sobre una disciplina que no ha logrado controlar. La poesía, ha dicho, viene de un lugar que nadie controla ni conquista.
Cohen ha contado que pasó la noche en vela "agotando las chocolatinas del minibar" para garabatear unas cuantas palabras para este acto, en el que ha evidenciado su emoción.
Ha hecho hincapié en su vinculación con España y su pasión por el poeta Federico García Lorca. "Vengo hoy aquí a agradecer al suelo, a la tierra, a este pueblo que me ha dado tanto", ha dicho, para a continuación apuntar que con Lorca comprendió que había una voz que le era cercana y le dio permiso para ubicar la suya propia.
Igualmente, recordó cómo un español le ayudó a aprender a tocar la guitarra y a componer a principio de los años '60 en Montreal. "Mis canciones, mis poesías están inspiradas por esta tierra", ha afirmado agradeciendo la acogida de su obra en España "porque es suya, y me han permitido poner mi firma en la última página".