La periodista Pilar Rahola sigue alimentando la polémica con Carlos Herrera a raíz de la actuación del nacionalismo catalán y de la prohibición de los toros en Cataluña. Cuando parecía que todo estaba ya apagado la colaboradora de La Noria ha vuelto a utilizar su columna en La Vanguardia para volver a hablar del periodista de Onda Cero.
Titula su columna La mala memoria y Rahola asegura que "este artículo debería ser inútil, si la memoria colectiva no fuera tan frágil. Pero la historia la hace quien tiene el micrófono más fuerte y a golpe de reescribirla con renglones torcidos, al final lo torcido parece recto".
Así, la periodista catalana habla del nacionalismo y añade que "la última vez que he topado con esta lindeza ha sido en mi rifirrafe con Carlos Herrera, quien respondió con amable dureza en ABC a mi artículo previo". Así añade las palabras del Herrera que dijo: "En cuanto a la ‘miserable basura del nacionalismo catalán’, que cito en mi artículo, créeme que lo hago desde la más pura ansia descriptiva: no me interesan los nacionalismos, ni el catalán, ni el vasco, ni el alemán, ni ninguno, porque creo que jamás han aportado a la ciudadanía más que argumentos intestinales, demagógicos y baratos".
Y a partir de aquí Rahola entra ya al trapo y asegura que "sería bonito si no fuera tramposo" porque opina que "la mayoría de los que desprecian al nacionalismo catalán son militantes acérrimos del nacionalismo español" y pone como ejemplo de algo "ridículo" que "unos tipos vestidos ridículamente que salen a una plaza a torturar animales para que otros jaleen su agonía".
Sigue desgranando las palabras de Herrera y asegura que "lo de barato, seguro, porque los catalanes amamos el ahorro. Intestinal, es probable, porque todas las convicciones mezclan los órganos con facilidad. Y demagógico, también, porque esa tentación no escapa a nadie, tampoco a ellos".
Luego se centra en lo de inútil, algo que no aparece en las palabras que cita Rahola de Herrera y aquí sí que dice sentirse indignada. "Estimado Carlos, el nacionalismo catalán luchó por las libertades de todos, fue el motor de la España autonómica y ha tenido un alto sentido de Estado, cuando algunos patriotas españoles lo han perdido alegremente".
Por ello sentencia que "hay nacionalismos dañinos. Son aquellos que usan los estados para agredir a otras identidades, culturas o lenguas. La historia está llena de ellos. Pero hay nacionalismos que solo quieren preservar la identidad milenaria de sus pueblos. Y esos generalmente no agreden. Se defienden".