El caso Faisán tiene un destacado protagonismo en las portadas así como las maniobras para que el chivatazo salga de la Audiencia Nacional encaminadas a evitar que se produzca uno de los mayores escándalos de la democracia. Y aquí colaboran todos. Ya saben, las togas empolvadas por el camino tienen su papel también. El Mundo abre su portada afirmando que "el fiscal del 11-M se desdice para dar carpetazo al Faisán". Sí, sí. Resulta que el bueno de Javier Zaragoza, alumno aventajado de Pumpido, dice que hace falta "cierta adhesión ideológica" para que haya colaboración con banda armada. Pero en el 11-M el tal Trashorras no tuvo la misma suerte, y no parece que el minero este cumpliera demasiado con el Ramadán o acudiera a la oración de los viernes en la mezquita.
Siguiendo con la Justicia y con Gómez Bermúdez, el presidente de la Sala que debe decidir sobre el Faisán, destaca la incontinencia verbal de su esposa, Elisa Beni, la misma que escribió un libro sobre el juicio del 11-M por el que fue suspendida. Su nueva perla ha venido ahora a través de Twitter, donde se ha burlado de las creencias religiosas del presidente del CGPJ, Carlos Dívar, lo que ha causado estupor en el consejo. "Cómo le pega romper lanzas, blandir rosarios, lanzar escapularios", decía. Pero cuánto juego da Twitter a los "bocachanclas", como dicen en mi pueblo.
Por último, el diario de Pedro J. recoge la tronera de Gala, que no está muy conforme con el libro de Rajoy. "Si esto es una autobiografía y en confianza, yo soy la Virgen de Regla, que ha coincidido con el Papa en Madrid", dice Antonio, al que esta obra le parece que tiene poca ‘chicha’. "¿Y su corazón ¿Y su erotismo?", se pregunta como si de La Noria se tratase y sigue en su alegato: "¿qué vida hacía, aparte de cambiar de geografías? ¿No tenía corazón, ni sexo, ni rebeldías, ni rarezas?" Si por Gala fuera veríamos al líder popular en la portada de Interviú y en los programas de culto de la sobremesa española. Aunque todo se andará si Arriola así lo manda.
Por su parte, El País resalta la huelga de profesores y dedica un editorial, "docentes en armas", al respecto. En él aprovecha para atacar a Aguirre, como no, y al PP en general por los planes que han llevado a cabo en diez comunidades, alguna socialista por cierto. Lo que sorprende más, o tampoco tanto, es la crítica velada a los sindicatos de los que dice que "no justifica, sin embargo, sobreactuación alguna" de las centrales, que deberían "medir la proporcionalidad de sus protestas y evitar interferir en la campaña electoral". ¿Venganza? ¿Ajuste de cuentas? ¿Miedo a que unos sindicatos sin credibilidad entre la gente perjudiquen la imagen de su candidato? ¿Alguien da más?
En el diario de Prisa se empeñan en seguir defendiendo "al hombre de paz" Otegi. Javier Pradera habla de "incoherencias lógicas" en la sentencia de la Audiencia contra el líder batasuno. Esta obsesión en confundir los bandos le lleva a afirmar que "la condena a Otegi a 10 años de prisión descansa sobre una débil prueba de indicios" y considera que la sentencia "está salpicada de incoherencias". Lo mismo quiere ir de vacaciones a Elgoibar a verle, aunque podría aprovechar para pasarse también por Alsasua, Leiza o Andoain, algunos de los paraísos de justicia y libertad gobernados por colegas de Otegi.
El diario La Razón ya avanza cómo acabará el escándalo del Faisán. El periódico de Planeta afirma que "Bermúdez y otros siete jueces no ven colaboración con ETA en el chivatazo". El magistrado del 11-M y sus amiguetes de su sección primera serían el núcleo duro para tomar la decisión de mandar el caso a Irún. Sólo faltaría convencer a alguno más para conseguir el objetivo del Gobierno y la Fiscalía.
Alfonso Ussía tiene muy clarito que el jefe de campaña de Rajoy se llama Rubalcaba. El columnista de La Razón fue uno de las cientos de personas que acudieron a la presentación del libro del líder popular. Entusiasmado con él afirma que "por el ambiente que se respira, se puede asegurar que don Mariano no tiene que besar a demasiados niños para triunfar en las elecciones" e insiste en su idea de que "mientras Rajoy hablaba, Rubalcaba le proporcionaba más votos". Sólo un pero, y es que hablar lo que se dice hablar, Mariano lo hace más bien poco.
Mientras tanto, ABC está bastante enfadado con el paro de los profesores y lo dejan meridianamente claro en su editorial. "Huelga injustificable", titula el diario de Vocento, que asegura que "estamos en presencia de una huelga estrictamente política, dirigida en concreto contra los gobiernos autonómicos del PP y con Esperanza Aguirre como objetivo prioritario". Incluso indica que "desde un punto de vista ético, resulta muy negativo el mensaje que reciben los jóvenes en plena crisis económica". Ah, ¿pero lo ético y lo moral tienen cabida hoy en día? Qué retrógrados estos del ABC.
En su columna, Ignacio Camacho habla de los "turbomarianistas" que van proliferando según se acercan las elecciones. Y todo por la presentación de libro. "La inminencia del poder ha obrado ya el milagro de convertir a Rajoy en un personaje capaz de convocar entusiasmos". Como si de exiliados se tratara se pregunta "cuánto ha debido de sufrir en los últimos años esta secta de marianistas clandestinos, consagrados en silencio a la devoción de su líder".
Si ABC está enfadado, en Público dan saltos de alegría y ya tienen ese "otoño caliente" que vaticinaban. Aunque también lo será su redacción con el ERE. Pero a lo que vamos. Aprovechan la huelga de los profes para atizar y atizar a Esperanza Aguirre, algo que convertirían en deporte nacional si pudieran. Su columnista estrella, Manuel Saco, también habla del libro de Rajoy, del que dice que "no podremos quedarnos con ninguna frase ingeniosa, por el pequeño detalle de que no las tiene". Se atreve a asegurar esto antes de confesar que "a esa conclusión han llegado los colegas que han leído el libro por mí". Qué buenos amigos tiene y cuánto se fía de ellos.
Por último, La Gaceta asegura que "el juez Ruz incorpora al sumario del Faisán las informaciones de La Gaceta". A ver si dura este sumario en la Audiencia o vuela hacia Irún. Además, destaca la afición a Twitter de Arnaldo Otegi. Aunque la diferencia entre los millones de "Twister-adictos" y el batasuno es que éste está en prisión y no debería tener ningún dispositivo móvil. Siempre ha habido clases, oiga.