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La educación andaluza, con un fracaso escolar "inasumible" y sin bilingüismo

Hasta la propia Junta de Andalucía reconoce el fracaso de la política educativa llevado a cabo en la comunidad.

Los grandes discursos de economistas y políticos señalan que la educación es el pilar de la nueva economía que se desarrollará, esperamos, como salida a esta gran crisis que estamos viviendo. Pero además de otros muchos, dos indicadores esenciales: la tasa "inasumible" del fracaso escolar andaluz, casi un 28 por ciento, y la evidencia de que el bilingüismo es una quimera (sólo tiene lugar en el 6 por ciento de los centros escolares), demuestran que la gran región del sur español tiene que cambiar mucho y muy deprisa si quiere salir del furgón de cola de España y Europa y estar en mejores condiciones para aprovechar las oportunidades del futuro. Tras casi treinta años en el poder, el discurso socialista se ha agotado y su ineficacia es evidente.

Ha sido el propio consejero de Educación de la Junta de Andalucía el que ha reconocido que una tasa de fracaso escolar del 27,3 por ciento es inasumible, pero el que lo sea no impide que sea real. La prioridad de la Consejería de Educación es la lucha contra el fracaso escolar, que en Andalucía alcanza el 27,3%. El problema es que se sigue creyendo que este fracaso es consecuencia de pocos profesores y por ello, afirmó ayer que este año habrá 3.353 docentes de apoyo para "reforzar" la enseñanza de los chicos que peor van. No se razona que el número de profesores ha aumentado mucho desde la década de los 80 y que la tasa de fracaso escolar no ha dejado asimismo de aumentar. La necesidad de un libro blanco de la educación andaluza para examinar por qué la educación en esta región es la peor de España y de Europa está por reconocerse.

Un reciente informe del propio Ministerio de Educación concluye que Andalucía está a la cola de España en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). No sólo tenemos la tasa de repetidores más alta de España, sino que está entre los últimos en comunicación y competencia lingüística, matemáticas, física y sociales. Nada puede extrañar pues que fuese noticia que el gobierno Griñán quisiera obligar a leer a los alumnos en la educación andaluza.

El informe PISA conocido este año demostró que Andalucía no resiste comparación con ningún sistema educativo a nivel nacional. No sólo es que Andalucía esté a la cola en inversión por alumno, ya que, por ejemplo, mientras Andalucía dedica unos 4.300 euros/año por alumno, el País Vasco invierte 9.000. Se trata, además, de que las instituciones de control de la calidad educativa están penetrados por el poder socialista hasta el punto de que cuando se hace la evaluación oficial andaluza de su educación, se arrojan magníficos datos pero que cuando la valoración la hacen organismos internacionales, Andalucía es la última de España y de Europa.

El 19% de los alumnos andaluces de primero de ESO (13 años) y el 21,7% de los de segundo (14) ya ha repetido algún curso de Secundaria, un porcentaje que "triplica" la tasa media de repetidores entre los alumnos de Primaria, del 18% pese a que esta etapa educativa contempla seis cursos escolares (de los 6 a los 12 años). El fracaso escolar se produce sobre todo a partir de Secundaria. El consejero de la Junta, Francisco Álvarez de la Chica, cargaba hace unos meses la responsabilidad sobre los padres considerando que las familias deben tener "tolerancia cero" tanto con el fracaso escolar como con los problemas de convivencia en el colegio, aludiendo al crecimiento de la violencia escolar.

Respecto al bilingüismo, esto es, el estudio simultáneo en español e inglés (alemán o francés, también) de modo que este idioma sea una herramienta intelectual y laboral del futuro de las generaciones de andaluces, la política de la Junta ha tenido escasos resultados pese a sus proclamas de propaganda. La realidad es que sólo el 6,13 por ciento de los casi dos millones de alumnos matriculados reciben formación bilingüe en Andalucía.

El Programa de Fomento del Plurilingüismo entró en vigor en el curso 2005/2006. Para el presente año escolar, serán 113.295 alumnos los que reciban enseñanza bilingüe –el año pasado fueron 80.630, un 40 por ciento más celebrado ayer por la Junta–. El problema es que el programa no llega a 1.733.291. Al final, sólo el 6,13 por ciento de 1.846.586 estudiantes matriculados recibe esta formación. El porcentaje se eleva ligeramente porque en los casi 2 millones de matriculados se incluye la enseñanza concertada (330.265 alumnos) y privada (61.339): algunos de estos últimos tienen su propio programa de formación en lenguas extranjeras.

El estudie bilingüe era tan solicitado que la Junta recurrió al "sorteo" para elegir a los alumnos que podrían disfrutar del sistema. Por ello, en el mismo centro podían coexistir alumnos que recibían la formación bilingüe y otros que no.

En total, existen 804 colegios e institutos bilingües –733 de inglés, 59 de francés y 12 de alemán–. El PSOE prometió que se llegaría a los 1.200 a finales de esta legislatura. La Junta sigue incumpliendo sus compromisos, aunque trata de disimularlo sumando centros concertados a este programa para cumplir el objetivo.

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