Giovanni Colasante, consejero del ayuntamiento de Canosa, en la región de Apulia, en la costa adriática, fue denunciado, arrestado y retenido durante tres días en prisión, según informó el diario Il Corriere del Mezzogiorno.
Las cosas sucedieron del siguiente modo, según explica el diario La Stampa: la familia –madre, padre y dos hijos- se encontraba en Estocolmo junto a otros familiares, y se disponían a cenar. Entonces, el chico de 12 años "cogió una rabieta" y se negó a entrar en el restaurante escogido. Giovanni Colasante comenzó a reprender a su hijo, de un modo que, según dice su abogado Giovanni Patruni quizás fuera "con vehemencia, gesticulando mucho, como estamos acostumbrados los italianos, y levantando la voz". El letrado niega al diario que Colasante pegara en ningún momento al crío.
Pero una pareja que se encontraba en las inmediaciones vio la escena y decidió llamar a la policía, que se personó allí cuando la familia ya estaba en el restaurante. "La falta recíproca de entendimiento del idioma hizo el resto" asegura el abogado, que considera la situación "absurda y exagerada".
Giovanni Colasante fue detenido, y pasó tres días en un calabozo de la capital sueca. Ahora está en libertad, pero se le ha prohibido regresar a Italia. El próximo 6 de diciembre se enfrentará a un juicio por un delito grave de maltrato, severamente penado por el ordenamiento jurídico sueco.
En el país nórdico no están toleradas las formas leves de castigo contra los hijos –azotes o bofetadas- y podría enfrentarse a penas de cárcel. Mientras, en la pequeña localidad de la que procede la familia y donde Giovanni ejerce la política, no salen de su asombro.