En El Mundo no disimulan su alegría por el berrinche de Duran Lleida, que incluso se negó a votar la reforma constitucional. "Estará bien si irrita así a las nacionalistas", dice el diario de Pedro J. en su editorial, que celebra que el discurso del portavoz de CiU "asustara al PSOE hasta el punto de que Rubalcaba le convocó a una reunión posterior". Sólo pone un pero El Mundo al "pacto de Estado" de PP y PSOE: que dejaran pasar "una oportunidad de oro" para aclarar la verdadera razón de esta reforma: "las instrucciones del BCE". Dice el diario que así "habría quedado más en evidencia la demagogia".
Algo parecido dice Luis R. Aizpeolea en El País, que ha llegado a la conclusión este miércoles de que "casi nada es ya normal en el Congreso". Según el periodista, la razón del voto conjunto PP-PSOE es que "la recesión se lo lleva todo". Y la situación seguiría siendo grave, según "se oye estos días en la Moncloa". Aizpeolea advierte, en alusión al rescate, de que "lo que hubiera sido impensable hace tan solo meses, e incluso semanas, ahora es posible". Nos queda el consuelo de que "la gran obsesión de Zapatero en su etapa final es evitar, por encima de cualquier otra eventualidad, que España sea intervenida" porque, según cree nuestro todavía presidente, "sería el mayor golpe para el Estado de bienestar". "A este objetivo supremo se pueden sacrificar objetivos electorales", en alusión a Rubalcaba, o "tensiones territoriales", explica, dejándonos aún más intranquilos de lo que estábamos.
En La Razón, mientras, leen entre líneas la intervención de José Antonio Alonso e interpretan que su frase sobre el agravamiento de la situación en otoño significa que el Gobierno "planea hacer más recortes antes de su despedida". También le dedican un book a Llamazares, uno de los más indignados ayer: le llaman "diputado pegatina" por su afición a lucir carteles. No es la suya la única foto del día: destacan las de socialistas nerviosos, las de Antonio Gutiérrez y su "frío saludo" a Zapatero, como destaca Público, y la del breve encuentro entre Zapatero y Rubalcaba, camino de la cafetería. Aunque todos los diarios se refieren al café que buscaba el candidato, La Gaceta le da más importancia a esa "mirada de soslayo" que le dedicó Rubalcaba a su compañero de partido. "Con semejantes excusas esquivó el candidato al presidente. La tensión entre los máximos dirigentes del PSOE roza ya el desprecio personal", cuenta.
El candidato tendría motivos después de los agitados últimos días. José María Carrascal analiza en ABC sus súbitos cambios de opinión: "Tan pronto le vemos de chaqueta y corbata diciendo cosas serias, como en mangas de camisa arremetiendo contra ricos y otras bestias negras de los viejos anarquistas y los jóvenes indignados". También está cambiado Zapatero, pero en un sentido muy distinto, según Ignacio Camacho: "El hombre que quiso expulsar al PP de la centralidad política, aislándolo con un cinturón de acero, desliza ahora confidencias de Estado al oído de su rival". Cuenta el periodista que Rajoy "está asombrado" y "cree que se halla ante un caso clínico de orfandad y desamparo", ante lo que se cuece en su partido.
Así las cosas, pocas bazas le quedan al candidato para enderezar su campaña. En El País, al menos, le echan un cable pidiendo en su editorial una subida de impuestos: "Existen fundamentos para llevar a cabo esa imposición adicional en un país donde la distribución de la renta y de la riqueza es mucho más desigual que en el promedio de la UE". En páginas interiores afirman que la subida sigue sobre la mesa del Consejo de Ministros, que no se decide a llevarlo a la práctica, mientras en el PSOE piden "más acción". En Público también esperan la subida como agua de mayo: Juan José Téllez, que ha perdido ya toda esperanza con el "zapaterismo", habla del "amago" de subir el Impuesto de Patrimonio y consuela, irónico, a los "pobres millonarios". "Ay de Amancio Ortega", lamenta.
De ETA también se habla en los diarios por los dos comunicados que se estarían preparando, según La Gaceta, para septiembre. Su objetivo no sería anunciar que dejan las armas, sino impulsar la campaña de Bildu de cara a las generales. En ABC también se habla de la coalición, pero para lamentar que ahora supediten el reconocimiento a las víctimas a los avances en una negociación.