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Rajoy se compromete ante el Papa a recuperar "los principios y valores"

El Papa y Rajoy se comprometieron a trabajar juntos contra la crisis económica, pero también contra la social. El objetivo común: "Una sociedad mejor".

Mariano Rajoy atravesaba los imponentes muros de la sacristía de la Catedral de Almudena consciente de que, si sus cálculos no le fallan, la próxima vez que salude al Santo Padre será como presidente del Gobierno de España.

La relación de la Iglesia con el Partido Popular es mucho más fraternal que con el Gobierno y el PSOE, si bien en más de una ocasión los sectores más creyentes del partido han criticado la tibieza de su líder ante "los ataques" del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero hace a la cristiandad.

Unos piques que para nada enturbiaron un encuentro breve, incluso más que con Zapatero -unos quince minutos-, pero muy intenso en el contenido. Y es que el Rajoy ‘presidente’ se vino a comprometer ante el Santo Padre a acometer una política sustentada en principios y valores y, al fin y a la postre, alejada del relativismo. En otras palabras, "la necesidad de trabajar entre todos para tener una sociedad mejor, en distinguir lo justo de lo injusto y lo bueno de lo mano".

La conexión entre ambos fue total, según las fuentes consultadas. "Me ha transmitido muchas cosas en las que yo creo y que pienso que comparte muchísima gente en España y el mundo", señaló el propio Rajoy tras el encuentro, en unos breves comentarios a los medios.

Como no podía ser de otra forma, la crisis económica fue el plato principal de la reunión: "La gente lo está pasando mal y también los jóvenes, que pueden tener dudas y muchas incertidumbres sobre cuál puede ser su futuro, sobre todo en España, donde no es fácil encontrar trabajo hoy en día", constataron tanto Rajoy como el Papa.

Fue entonces cuando Iglesia y PP se comprometieron a luchar juntos contra los problemas de los ciudadanos, habida cuenta de que son "comunes" los objetivos y contra ellos "coincidimos una gran mayoría", dijo Rajoy.

El líder del PP, católico practicante, no pudo disimular su emoción, como tampoco lo hicieron otros líderes de su formación como Esperanza Aguirre. Junto a él su esposa, Elvira Rodríguez, que si bien saludó al Sumo Pontífice no participó en el encuentro. "Ha sido un gran honor", apostilló Rajoy.

En conclusión, un despacho casi de "amigos" con anécdota incluida. Y es que al jefe de la oposición le costó mucho decidir qué regalaba a su guía espiritual, si bien al final se decantó por un CD recopilatorio de cantos gregorianos del Monasterio de Silos. Éxito seguro. Su Santidad le devolvió el gesto obsequiándole con un rosario y una medalla.

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