El cardenal se muestra absolutamente convencido en una entrevista en ABC de que la JMJ puede llevar a la sociedad española, que la acoge después de 22 años, a una "revalorización de virtudes elementales" dentro de un contexto de "crisis no sólo económica, sino también moral".
Dice el cardenal, que fue reelegido como presidente de la Conferencia Episcopal este año, que para organizar la JMJ se han dado tan sólo "las dificultades normales en el proceso de ejecución de un programa muy complejo", pero todo ha ido muy bien. El principal impedimento logístico era cómo dar acogida a un millón de personas, a los que califica los "jóvenes del tercer milenio".
Dice Rouco en ABC que "hay más de una razón" para que España fuese elegida para acoger la JMJ. En primer lugar, el regresar a Europa desde Sydney, que fue elegida en 2008. También el hecho de que todos los países europeos habían repetido, y que además en Madrid existían diversas experiencias satisfactorias como la pastoral juvenil de la Archidiócesis de Madrid, de la misión universitaria, la misión joven.... Y por último, señala la "catolicidad" con la que España se ha forjado, una "peculiaridad" que finalmente jugó a favor de Madrid.
No cree, pues, que el estado de "laicismo agresivo" que el propio Benedicto XVI señaló en anteriores ocasiones, haya jugado un papel en la elección. "No me parece el motivo primordial", señala. Aunque señala que "aunque estuviéramos en una especie de paraíso pastoral y espiritual, el Papa también hubiera elegido España". En todo caso, que el Papa visite un país en una situación de "crisis moral y religiosa, que no solo afecta a España sino también a Europa", es siempre una buena noticia.
Aclara Rouco que la JMJ es una llamada a "todos los jóvenes del mundo, sea cual sea la situación de fe en la que se encuentren". Que aunque muchos sean "curiosos y escépticos" siempre existe "cierta expectación" de que algo nuevo les ocurra, una "conversión que cambie el sentido de su existencia".
De modo que, anticipa, "Madrid va a vivir días de alegría verdadera desconocida y contagiosa. De una originalidad que supera los modos de diversión de moda habituales entre muchos jóvenes. Una movida excepcional que nos proporciona alegría a todos y ninguna molestia a nadie". Al final, "Madrid y España quedarán por lo menos consoladas y reconfortadas", con una nueva dosis de "ilusión e impulso". Una fe vivida "firme y valerosamente, que no es lo mismo que decir de forma orgullosa, soberbia o avasalladora, sino serena, plena, no vacilante".
Para Rouco, todo esto tiene "directamente que ver con la revalorización de virtudes tan elementales como son la humildad, la solidaridad, el sentido de justicia, de la fortaleza y de la templanza". Encuentros como los que mantendrá el Papa con profesores universitarios encierran igualmente una importancia "providencial" en este contexto, puesto que la mayoría de los jóvenes que estarán en la JMJ son universitarios. La formación, explica en ABC, es si cabe más importante en un momento que es de "crisis económica y financiera, pero también de crisis ética y de concepción del hombre".
Rouco se muestra igualmente conciliador con el Gobierno central, que ha "cooperado positivamente" en la organización del evento. Pese a que en el pasado la relación con la Iglesia católica no ha sido en absoluto igual de fluida, para Rouco establece "un buen modelo para el futuro en estas otras cuestiones". La JMJ, dice, ha ayudado a "apreciar" lo que significa la colaboración mutua.
El cardenal también quita importancia a las críticas de determinados grupos que hacen referencia al coste al erario público de la visita del Papa. "Son objeciones habituales. También ocurrió en 1989 con la visita del Papa a Santiago". Aunque deja entrever su descontento en lo que es "una objeción muy típica de la sociedad moderna y también de la post moderna, a la vista del trato que ciertos sectores suelen dispensar a la Iglesia. Ha tardado en manifestarse y sin demasiados extremismos". Y señala que la visita papal no sólo es un coste sino "un beneficio, en tanto se presenta como un momento de nuevas posibilidades para Madrid y España, e incluso, para el empleo". En la misma línea bien medida, Rouco tampoco espera una "politización en sentido estricto".
El cardenal también ha recordado, esta vez en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, que para financiar la JMJ, la organización del encuentro ha recurrido al "método habitual" que utiliza "cualquier iniciativa artística, cultural o deportiva".
"A la hora de pedir patrocinios, hemos seguido el método habitual de cualquier iniciativa artística, cultural o deportiva que se hace en esta ciudad, y si encima podemos hacer el bien a través de esos contactos y esas fórmulas, estamos encantados de poder hacerlo", ha explicado en declaraciones a TVE.
Para el cardenal, "no hay que exagerar" con respecto al coste de este encuentro que inauguró Juan Pablo II en 1985, al tiempo que ha recordado que parte de la labor de organización la harán los voluntarios. Según ha señalado, los grupos de voluntarios que se han ido formando en las parroquias de la ciudad "se cuentan por miles" y "esa es la realidad de la Iglesia en Madrid".