Bien empleado le está, y no precisamente por haberse quedado con la pasta, sino por empecinarse en su "voluntad de rebeldía" -ustedes ya me entienden-.
No conozco el caso, pero me atrevo a decir que lo más probable es que el sacerdote no se quedara con el dinero para beneficio propio. Lo aplicaría a la Fundación que presidía. Olvidó algo tan elemental que le enseñarían con los primeros rudimentos de la Moral. "Non sunt facienda mala ut eveniant bona", o lo que es lo mismo y acabo antes, el fin no justifica los medios.
¿Se le olvidó? ¿Hay riesgo de fuga? Porque a otros por más pasta les dejan sueltos por no haber riesgo de fuga.
Trullo merece, pero ¿animo de lucro tenía?.
Lo triste es que ese dinero robado no fuese al menos al sufragar gastos de las residencias. Lo doloroso sería que parte de la pasta fuese "abducida" por otras jerarquias....
Al final el problema es el soporte documental.
¿Seguro que la mujer no otorgó verbalmente su consentimiento a la disposición de ese dinero cuando aún tenía uso de razón? ¿Cómo pudo, de otro modo, realizar esos movimientos entre cuentas alguien que no era el titular?
Si todo esto se hizo legítimamente, con un consentimiento libre y cabal de la señora, entonces debería haberse plasmado documentalmente, con firma y fecha. Y si no era legítimo, entonces no debió hacerse nunca y ese cura merece la cárcel a la que le han condenado.
Un saludo.