Un depósito de cadáveres del municipio sudafricano de Libode ha sido testigo de un hecho que ha llamado la atención en medio mundo. Los empleados se llevaron un susto tremendo cuando comenzaron a oír gritos de una de las cámaras frigoríficas.
Pensando que se trataba de un fantasma todos los trabajadores huyeron del lugar aunque finalmente dos empleados volvieron al lugar y llamaron a una ambulancia, tal y como informa Terra.
La voz en cuestión era de un sudafricano de 50 años cuyo cuerpo había sido introducido en la cámara 21 horas antes después de que sus familiares solicitaran su ingreso en la morgue pensando que estaba muerto al no haberse despertado.
El hombre tuvo que ser ingresado por deshidratación y fue puesto bajo observación. Los doctores concluyeron que su estado era estable.
Ante esta situación, las autoridades han hecho un llamamiento a la población para que llamen a un médico o una ambulancia antes de llevar a alguien a la morgue. "Te empiezas a preguntar cuánta otra gente ha podido morir congelada en uno de los frigoríficos del depósito", aseguró un portavoz.