El Mundo sigue zurrando a Camps. Se fue "excesivamente risueño para lo trágico de las circunstancias pero, a la vez, a punto de llorar". Caramba con Camps. ¿Y cómo se hace eso? Marisol Hernández no le da un respiro. En el PP "no le respetaban ni por su carisma ni por su talento" y Camps "mutó en un dirigente atormentado, desconfiado" que "a golpe de nombramientos y traiciones hizo suyo el partido".
Pedro J. atiza sin piedad. "Este rocambolesco episodio, las dudas y los amagos de Camps en las últimas horas, el tono melodramático de sus palabras (...) conforman un final a la altura del sainete de los trajes". Rajoy sale mucho mejor parado en la "dirección de la operación" en la que Trillo le tendió a Camps "una celada".
Halla consuelo Camps en La Razón, uno de los pocos periódicos que le han defendido a capa y espada. "Camps se sacrifica". Y ahora toca pasar factura. "Por qué no dimiten?: casi un centenar de socialistas tienen causas pendientes con la Justicia".
Dice el periódico de Planeta que el "último gesto de cintura política –ejem- (....) sorprendió a sus adversarios". "Camps da una lección", dice Marhuenda en un editorial-homenaje al caído. "Ha soportado dos años una campaña de acoso y derribo" y esta decisión tan "honorable" es un "ejercicio de responsabilidad y sacrificio". Porque "pagó los trajes", asegura con la determinación de quien estaba en la tienda y le vio sacar la billetera. Con el gesto "neutraliza los ataques de la izquierda" y Rajoy, con su "discreción, rigor y eficacia (...) ha salido fortalecido". Para Jose Antonio Vera "Rajoy ha sido un señor y él un valiente", y Carmen Gurruchaga se duele de "la cruz que ha llevado a cuestas". Mientras, Martín Prieto se chiva de sus cohechos. "Yo le regalé a Felipe González cuando era Presidente una pequeña colección de máscaras indoamericanas" -Felipe estaría encantado- "y él me obsequió con un cajón de excelente vino" y Bono "me enviaba quesos desde Castilla la Mancha". Ajajá. Todos al banquillo.
ABC prefiere un literal de Camps. "Me sacrifico por Rajoy y por España". "Ha sido un ejemplo de grandeza y Rajoy ha sabido manejar una situación que políticamente se había vuelto insoportable". Fernando Fernández se frota las manos. "Ni sus principales enemigos esperaban algo así (...) Rajoy ha generado una verdadera noticia y hace insostenible la posición de Camacho y Rubalcaba".
La Gaceta también pasa revista al PSOE. "Camps dimite, ya es el turno de Bono, el Faisán y los ERE". Dávila llega a la conclusión de que "los tiempos de Rajoy a veces son desesperantes, pero terminan por ser eficaces (...) Valencia no ha sido igual desde que a un golfo idiota le dio por decir que se dedicaba a regalar trajes". Y se las canta muy felices. "Se acabó el ataque a Camps (...) Rubalcaba se queda sin Camps... y con Faisán" pero " desde ayer tienen un referente ético". Habla de Camps.
El País viene a bajarles de las nubes. Su "estado anímico se deterioraba" día tras día y vivía el caso como "una especie de martirio (...) refugiado en la fe" y al final, "acorralado, se derrumbó". Así que colorín colorado este cuento se ha acabado, pensarán ustedes. Pues se equivocan. "El caso Gürtel en Valencia no ha hecho más que empezar", dice El País esperanzado. Muerto Camps, quieren hincarle el diente a Rajoy, que "sin mover un músculo, vio ayer cómo Camps caía por su propio peso y sin hacer nada (...) Sin haber jugado el partido, el resultado puede parecer muy bueno para Rajoy". Pero qué va, según le han dicho a Carlos E. Cué "los más veteranos" del PP –¿serán los de Aznar ahora las fuentes de El País?- lo que ha quedado demostrado es que no puede ser un "buen gobernante. No basta con vencer. Hay que convencer, ilusionar -claro, claro-. Rajoy insiste en ganar todas su partidas por agotamiento. Y eso, explican en La Moncloa ya no vale". ¿Notan cierto tonillo de despecho? Menos mal que "sólo los marianistas estaban ayer eufóricos". Y como son tan pocos... En el editorial, el periódico insiste en la estrategia de la rabieta. Al enemigo ni agua. Rajoy "sólo ha reaccionado cuando ha percibido que la deriva del proceso podría tener algún riesgo electoral" y eso no se corresponde con los "valores más nobles de la política" que siempre defiende El País, como todo el mundo sabe. Así que Rajoy "está obligado a dar una explicación (...) Más allá de ponerse medallas en la gestión". Se confirma. Les ha escocido.
Más o menos igual de mal ha sentado en Público el corte de mangas de Camps. "En Génova se escuchó un profundo suspiro de alivio", "se creen que desaparecen, como por arte de magia, todos los problemas" pero "olvidan" que Público sigue ahí. Ya lo dice todo en su cintillo. "La corrupción asedia al PP". Marco Schwartz parece un niño al que le han quitado una pelota. "Que desde la dirección del PP se quiera presentar ahora la dimisión como un éxito de Rajoy no deja de resultar moralmente cínico". Y remata Escolar con su columna "Camps se va, la Gürtel sigue". O eso quisieran ellos.