Los obispos se desvinculan del plan del Gobierno para el Valle de los Caídos
La Iglesia ha decidido no participar en la comisión que transformará el Valle de los Caídos en lo que marca la Ley de Memoria Histórica.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha confirmado este lunes que la Conferencia Episcopal Española ha decidido no participar en la comisión de expertos que estudiará la transformación del Valle de los Caídos según los parámetros que marca la Ley de Memoria Histórica.
En rueda de prensa en La Moncloa tras la primera reunión de esta comisión, Jáuregui ha explicado que había hablado en varias ocasiones con el presidente de la Conferencia, Antonio María Rouco Varela, sobre esta comisión, en la que se había incluido al arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, Fernando Sebastián.
Pero a última hora del viernes, la Conferencia Episcopal trasladó al Gobierno que "prefería que no hubiera una representación directa suya", por lo que han quedado excluidos.
Jaúregui, acompañado de los dos presidentes de la nueva entidad, Virgilio Zapatero y Pedro González-Trevijano, ha explicado que el objetivo es que el Valle de los Caídos deje de ser "un lugar de memoria de parte, un monumento a la guerra" y al "nacionalcatolicismo", para convertirlo en un lugar de "memoria reconciliada", como mandató la Ley de Memoria Histórica.
Esta norma estableció que se mantendrá el culto en la basílica, al igual que el cementerio, pero la Comisión no tendrá más líneas rojas y en cinco meses deberá tener listo un informe con sus recomendaciones.
Según ha explicado, la comisión deberá establecer una simbología que dignifique a las más de 33.800 personas que están allí enterradas mediante "un memorial en las criptas o en el espacio central" y analizará las peticiones de exhumación que realicen los familiares.
Se harán pruebas de ADN cuando sea posible la localización y la identificación de los restos, pero ha recordado que el informe forense dijo que en la gran mayoría de los casos sería "extremadamente complejo".
La tumba de Franco
Los expertos también tendrán que estudiar el caso de los cuerpos de Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera porque deben analizar qué hacer con la simbología que pueda exaltar la guerra civil y la represión franquista, ha añadido.
El objetivo, dijo, es que el Valle de los Caídos se convierta en "un lugar de memoria vivo", con exposiciones y actividades educativas "sin pretensión vengativa o de confrontación", y que sea también un centro de investigación sobre las consecuencias de las guerras civiles.
La comisión deberá resolver cuál será el órgano gestor del Valle -ahora es Patrimonio Nacional- y reformular la relación con la comunidad benedictina para que quede garantizado el uso religioso del templo. No se ha planteado, según ha apuntado Jáuregui, retirar la gran cruz que preside el monumento.
Los vocales son los miembros del Consejo de Estado Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Amelia Valcárcel Bernardo de Quirós, los catedráticos Carmen Molinero, Alicia Alted, Carmen Sanz y Ricard Vinyes, además del profesor Manuel Reyes y el antropólogo social Francisco Ferrándiz, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
También forma parte del comité Hilari Raguer i Suñer, historiador y monje de la Comunidad Benedictina de Montserrat.
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