Entre Bildu y la beatificación de Juan Pablo II todavía queda espacio para alguna que otra noticia en la prensa. Y es que todavía queda gente que está enamorada de Zapatero.
El Mundo publica este lunes una entrevista a la ministra de Exteriores. Trinidad Jiménez dice que "el 'zapaterismo' sobrevivirá a Zapatero; es tan grande su impronta que permanecerá". Es normal su admiración por un líder que siempre le ha premiado tras encadenar un fracaso tras otro. Eso sí que tiene merito.
Además, el diario de Pedro J. cuenta las artimañas de Moncloa para intentar evitar lo que se prevé que sea una carnicería en Madrid. De cara a las elecciones del 22-M Zapatero ha encargado un informe que quiere situar a Aguirre a la cola del gasto social. Pese a la evidencia de que la Comunidad de Madrid es la única que aguanta el chaparrrón en la crisis, dice el informe que tiene "la peor tasa de crecimiento de todas las comunidades". Ya saben, en la guerra todo vale y más de un medio dará pábulo a lo dicho. No así los ciudadanos, que parecen tenerlo más que claro.
En Público andan bastante mosqueados hoy. Especialmente por dos motivos: por la ilegalización de Bildu y por la beatificación de Juan Pablo II. En un titular al más puro estilo Roures dice: "Bildu tampoco es legal" y asegura que la única esperanza que queda es el Constitucional, que tiene hasta el jueves para resolver los recursos.
Sobre Juan Pablo II dice el diario de Mediapro, que tanta cobertura da a la religión aunque a su manera, que "Ratzinger santifica las sombras del pontificado de Juan Pablo II" y cree que "la beatificación de Wojtyla sirve a Benedicto XVI para reivindicar un modelo de Iglesia".
Claro, aprovechando esto Manolito Saco tenía que sacar su guadaña para cargarse todo lo que se mueve. Entre toros y curas anda la cosa. "Cada vez se cierran más plazas de toros, como ocurre con los seminarios, por falta de público, porque los jóvenes, la generación de relevo, pasan de la Fiesta, de esa fiesta, y de la otra, la fiesta de la misa dominical". Quizás debería haber puesto ayer la televisión para observar la enorme marea humana en Roma, aunque tampoco se pueden pedir peras al olmo. Exultante dice que "la cultura es como un pesticida para las plazas de toros y las iglesias. Cada día me siento más joven". Sí, se quedó en el 68, de ahí no supo avanzar.
Tampoco El País está para tirar cohetes. En su editorial no hace otra cosa que dar mamporros a la beatificación del Papa polaco. El diario de Prisa no aguanta que se diga que Juan Pablo II acabó con el comunismo. "Que tampoco se exagere diciendo que liquidó el comunismo soviético, porque éste se destruyó a sí mismo". Les ha faltado decir que fue su diario el que a través de sus artículos lo hizo. Siguiendo con su alegato afirma que "su mandato terrenal", no sabemos cual es el otro, "comportó mundanas sombras". Y muy preocupado ahora por el bien de la Iglesia Católica, el editorialista indica que "con su contagiosa personalidad mediática, pero su relativo descuido del cristianismo de base, llenaba más estadios que templos". Además, criticó la representación española en Roma, "un desproporcionado nivel político para un acto confesional".
Puestos a dar malas noticias, El País da una encuesta sobre Madrid porque, ya que se ha pagado, hay que rentabilizarla. Muy a su pesar titula que "los socialistas se hunden en Madrid ante la pujanza del PP". Lo que está claro es que evitan sobremanera citar un nombre que les produce urticaria: Esperanza Aguirre. No les queda más remedio ante el rapapolvo de la presidenta.
La Razón es hoy más que nunca L´Osservatore Romano. Hoy toca hablar casi en exclusiva de Juan Pablo II. E incluso Mariano Rajoy, que últimamente se prodiga poco o nada ante los medios para hablar de actualidad, ahora habla del nuevo beato. El líder del PP recuerda el encuentro que tuvo con Wojtyla en 2000 cuando era vicepresidente primero. En Roma, el Papa invitó a su misa privada a Rajoy y a su esposa. "Vivimos aquella eucaristía con el Santo Padre como un momento más que entrañable". Por ello, el líder de la oposición considera que "su beatificación es una gran ocasión para pedir su intercesión a favor del final del terrorismo en esta España a la que él tanto quiso y que tanto lo ansía". Así sea. Y del mismo modo, miles de españoles piden la intercesión de Rajoy para condenar Bildu y todo lo que rodea al terrorismo. Ya puestos.
La Gaceta recuerda que ayer también fue el Día del Trabajador pero, claro, como casi ya no hay de esos pues para que celebrarlo. Dice el diario de Intereconomía que "nadie hizo el menor caso a UGT y CCOO en la manifestación del Primero de Mayo". Ni los liberados fueron, que para eso era día festivo, no iba a ser éste el día para tener que madrugar.
También cuenta este diario las críticas a la princesa Letizia durante la beatificación. Los expertos de protocolo dicen que Letizia vistió un traje de chaqueta negro con una falda que dejaba ver sus rodillas, saltándose las normas de indumentaria. Dice que su vestimenta fue muy "criticada y comentada" en la tribuna de autoridades. Y, para más inri, llevaba unas medias negras de poco grosor que le marcaban la pierna.
En ABC, Antonio Camacho sigue haciendo leña del árbol caído. Sigue erre con erre con Zapatero, al que no da respiro. Dice el columnista del diario de Vocento que el mitin de Zapatero en Tenerife y las cientos de sillas vacías "son un síntoma de fatiga democrática". Así, indica que "esas seiscientas sillas vacías (...) no son sólo el testimonio palmario del ocaso y desplome del antiguo seductor de masas, ni del estado de languidez anímica de un partido incapaz de entusiasmarse con su propio liderazgo".