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Un escalofrío recorre 'El País' y Rigalt compara a Gala con Belén Esteban

La prensa sigue hablando mucho del vaivén con Bildu, aunque ninguno se resiste hoy a la bronca entre Ana Pastor y Cospedal en vivo y en directo.

En El País dice Aizpeolea que Rubalcaba "marcó con nitidez la posición del Gobierno sobre Bildu" y que "se identificó absolutamente con los informes" de las Fuerzas de Seguridad del Estado, de lo que nos alegramos mucho dado que es su jefe. No obstante, en el editorial muestra su desacuerdo, y mira que es raro, con Rubalcaba. "Impugnar a ciegas", se titula. Dice que "remitir a los jueces todas las listas de Bildu es una decisión política de difícil encaje legal" y el pobre Rubalcaba, cuya debilidad de carácter es de todos conocida, se ha plegado a la "última exigencia del PP en su caleidoscópica y oportunista política antiterrorista". Y como Rubalcaba se ha vuelto blandengue se atreven a llevarle la contraria. "Los informes policiales no aportan indicios" de que Bildu sea ETA. Rubal, que se te suben a la chepa.

El otro tema del día es la bronca con la que nos deleitaron ayer la presentadora de Los desayunos de TVE, Ana Pastor, y Cospedal por la imparcialidad de la televisión pública. "Ataque de Cospedal", lo llama El País. Dice David Trueba que cuando Cospedal "reivindicó que la televisión estatal será imparcial cuando ellos gobiernen, no como ahora, al espectador le recorrió un escalofrío".

En Público, Marco Schwartz ve "mala fe" en Cospedal. Y es que no se puede dudar "del compromiso con la indeprendencia de la televisión pública, que ha disfrutado de una libertad profesional plena" en la era Zapatero, por favor, eso es indiscutible, cómo se atreve. Solo hay que compararlo con Telemadrid y Canal Nou "para intuir lo que entiende el PP por imparcialidad", dice. Manuel Saco lo pasó tan mal que "sufre en silencio dolores de cospedal". "Su referente de imparcialidad es ese pozo de basura ideológica de las televisiones públicas al servicio de su partido, allí donde gobierna, o el conglomerado de las llamadas TDT Party cuyas licencias fueron entregadas a la extrema derecha que tantos servicios presta al ideario del PP", no como otras licencias a otras televisiones de imparcialidad impecable.

Saco ve corroboradas sus tesis en El Mundo, donde Lucía Méndez atiza de lo lindo a Cospedal y coincide a pies juntillas con el columnista de Público. "A Cospedal no le gustan los informativos de TVE. Es natural. TVE da noticias y ella lo que quiere es propaganda" y por eso "la ha emprendido contra la televisión pública, la menos gubernamental de los últimos 20 años". Coincide Méndez con Saco también en que "sabemos cuál es el concepto de imparcialidad informativa del PP: Telemadrid y Canal 9. Y sospechamos que el PP está un poco intoxicado por las tertulias del Tea Party". TDT Party, Lucía, TDT Party. Suspendida en lengua publiquense.

El Mundo está contento con lo de Bildu. Rubalcaba enmarcará el editorial de Pedro J. "El Gobierno ha sido fiel al pacto alcanzado con el PP para impugnar todas las listas". Publica una conversación de Otegi con su esposa en la que el batasuno también está muy contento con Bildu, pero por otras razones. "Se jacta de tener controlada la candidatura de Bildu en su pueblo". Hombre, si ya no controlara su candidatura en su propio pueblo habría que soltarle, estaría acabado. Dice Pedro J. que "las ironías de Otegi dejan en un pésimo lugar a EA" y "no cabe descartar una hipotética futura ilegalización". Se va a liar.

ABC dice que "ABC desvela nuevas pruebas del vínculo de la coalición con ETA" en referencia a la conversación de Otegi que llevan todos los periódicos. Mecachis. Otra vez será. Y le mete una pullita a El Mundo por lo de Troitiño y el crucero a Venezuela haciéndose eco del ataque de Rubalcaba. "La huida a Venezuela es fruto de una imaginación calenturienta". "Con esta contundencia desmintió la información de El Mundo", dice con gozo. Y encima sus "fuentes antiterroristas" les han dicho que "no hay ningún dato que corrobore esa ruta". Hala, chincha.

La Razón sí que da una nueva pista sobre Troitiño. Nada de Venezuela, "se oculta en un piso de España o Francia", o Portugal, o Italia o también podría estar en las Bahamas, para ser más precisos. Además los "expertos creen que no se va a mover de su escondite hasta que tenga documentos falsos", así que con GPS universal podría estar localizado en un santiamén.

Carlos Alsina habla con admiración de José Blanco, que se ha quitado el traje de ministro y vuelve a animar el cotarro con los guantes de Pepiño. "Es un formidable creador de eslóganes, de expresiones ocurrentes y latiguillos contagiosos (...) Su mente es una factoría inagotable de estribillos para mítines", dice con entusiasmo. Y en PP "tratan de igualar el juego" pero están "a años luz de la habilidad consumada del gallego". Vamos, que lo dejen, que hacen el ridículo.

La Gaceta habla de la bronca que se montó ayer en el Senado por el asunto de los ERE. Sus señorías se liaron a gritos e insultos y casi llegan a las manos. "Un grupo de ciudadanos que ocupaba las tribunas del público rompió a aplaudir como muestra de rechazo al espectáculo que los propios representantes del pueblo acababan de dar ante sus propio ojos". A ver si me actualizo en expresión gestual, porque yo creía que uno aplaudía cuando algo le gustaba y abucheaba cuando no.

Y Carmen Rigalt le dedica su columna a su compañero de El Mundo Antonio Gala por el día de San Jordi. "Los escritores con firma también son espectáculo (...) Digo escritores por decir algo, pues frecuentemente, lo que hay al final de una larga cola no es un escritor sino un futbolista o una top model". ¿Gala futbolista o top-model? No le va a gustar. "El autor con más publico en la feria ha sido durante años Antonio Gala, mezcla de escritor y personaje literario". Puf, esto tampoco le va a gustar, Carmen. "Él salía en todas partes y su número de lectoras (atentos al género que utiliza) crecía a la misma velocidad que su personaje (...) Bien es verdad que aquellos lectores que hacían cola frente al escritor habrían comprado un libro en blanco con tal de llevarse la dedicatoria personaliza del ídolo". Carmen, que esto no le va a gustar a Gala, que no le va a gustar nada, que tiene muy malas pulgas. Pero no contenta la columnista, concluye con un bofetón en todos los morros de Gala. "Si a Belén Esteban le ofrecieran publicar sus pensamientos, su libro vendería más que el de Mao". Te digo que no le va a gustar, que creo que Belén Esteban no le cae bien.

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